El principal rasgo que surge de la clasificación por tipo de acreedor es el peso creciente de los bonos externos. En 2024, este instrumento representaba US$ 7.103,7 millones, equivalente al 43,8% del total de la deuda. Para octubre de 2025, el monto ascendió a US$ 8.118,7 millones y su participación se elevó al 46,0%. En términos absolutos, los bonos externos explicaron más de US$ 1.000 millones del incremento total de la deuda, consolidándose como la fuente dominante de financiamiento de la Administración Central.
En paralelo, la deuda con organismos multilaterales continuó ocupando un lugar central, aunque con una leve pérdida de participación relativa. En 2024, este componente alcanzaba US$ 6.964,2 millones y representaba el 42,9% del total. A octubre de 2025, el stock subió a US$ 7.137,4 millones, pero su peso relativo descendió a 40,4%. Este comportamiento sugiere que, si bien el endeudamiento multilateral sigue creciendo en términos nominales, su ritmo resulta inferior al observado en otras fuentes, en especial los mercados internacionales de capitales.
La combinación de bonos externos y deuda multilateral concentró más del 86% del total de la Deuda Pública en ambos períodos analizados. La elevada concentración deja en evidencia una fuerte dependencia del financiamiento externo, lo que expone a las cuentas públicas a factores como las condiciones financieras internacionales, la evolución de las tasas de interés y la percepción de riesgo soberano.
En el ámbito del endeudamiento interno, los datos muestran una dinámica más moderada, aunque con incrementos relevantes en términos absolutos. Los bonos internos pasan de US$ 940,4 millones en 2024 a US$ 1.092,4 millones en octubre de 2025, aumentando su participación del 5,8% al 6,2%, un avance que indica mayor uso del mercado financiero local como fuente de recursos, aunque todavía con un peso reducido frente al financiamiento externo.
Dentro del endeudamiento interno, la deuda vinculada a la Ley N° 5074/13 conocida como “Llave en mano” presenta una leve reducción tanto en términos absolutos como relativos. El stock disminuye de US$ 583,3 millones a US$ 556,6 millones, mientras su participación baja de 3,6% a 3,2%.
Hacia adelante, la estrategia oficial apunta a fortalecer el uso de instrumentos como las Alianzas Público-Privadas, las concesiones y la modalidad “Llave en mano” con el propósito de ampliar las alternativas de financiamiento de la infraestructura. A través de estos esquemas, el Gobierno busca impulsar proyectos viales, aeroportuarios y energéticos, promoviendo una mayor participación del sector privado, una mejor asignación de riesgos y una utilización más eficiente de los recursos públicos, con impactos que se reflejan en una mejora de los servicios y en la calidad de vida de la población, refiere una parte del documento del Ministerio de Economía y Finanzas.
La deuda bilateral, por su parte, continúa siendo el componente de menor peso dentro de la estructura general. No obstante, registra un crecimiento significativo en términos porcentuales, al pasar de US$ 123,9 millones en 2024 a US$ 188,0 millones en octubre de 2025. Su participación sube de 0,8% a 1,1%, lo que sugiere una mayor utilización de acuerdos directos con otros países, aunque todavía con incidencia limitada sobre el total.
Finalmente, la evolución de la Deuda Pública de la Administración Central plantea desafíos relevantes para la gestión fiscal, en un contexto donde el equilibrio entre acceso a recursos, costos financieros y sostenibilidad de largo plazo resulta clave. La lectura de estos datos permite dimensionar no solo el tamaño de la deuda, sino también las decisiones estratégicas que subyacen a su financiamiento.
* Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones.