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Según los datos, las empresas privadas en general ajustaron las remuneraciones a sus colaboradores en un rango superior al decretado para el salario mínimo, que en 2017 se reajustó en 4%, y por encima de la inflación que en el mismo periodo cerró en 4,5%.
El reporte, que en esta edición concentró un total de 188 empresas que formaron parte de la muestra, reúne datos estadísticos sobre niveles de remuneración, beneficios y sistemas de gestión de recursos humanos aplicados por empresas de nuestro país, y tiene por objetivo ofrecer a las compañías criterios y fundamentos para planificar e implementar una estrategia salarial que logre el mayor compromiso de los colaboradores con el mayor impacto para el negocio.
Karina Bellenzier, gerente de iRH, detalló que el promedio general del total cash (efectivo percibido por el colaborador) incluye los distintos niveles como alta gerencia, jefaturas, auxiliares y operativos.
En lo que respecta al rubro del salario base incluye además el aguinaldo, otros pagos fijos, mientras que el salario variable son aquellos pagos otorgados tras el logro de metas y objetivos de la empresa.
Bellenzier señaló que las empresas van tomando cada vez más conciencia sobre la importancia del salario emocional y sobre todo en los colaboradores más jóvenes que no buscan solo estabilidad o una remuneración económica. Estos beneficios adicionales pueden estar relacionados al seguro médico, uniforme, guarderías; mientras que la remuneración emocional tiene que ver con iniciativas que promuevan el desarrollo humano, capacitación, flexibilidad laboral, entre otras.
“Lo que lleva a los colaboradores a decidir entrar a trabajar a una empresa o permanecer en ella es justamente el salario emocional”, afirmó.