75 años de la Unesco

El pasado viernes 12 de noviembre se celebraron en París los 75 años de vida de la Unesco, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization). La profesora Beatriz González de Bosio resume en este artículo los puntos centrales de su historia.

Inauguración de la primera Conferencia General de la Unesco en la Sorbona, París, 20 de noviembre de 1946.
Inauguración de la primera Conferencia General de la Unesco en la Sorbona, París, 20 de noviembre de 1946.GENTILEZA

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«Vivimos años de prueba, tercos y dolorosos. ¿Pero quién nos había prometido una paz risueña, inmediata, fácil y sin rigor? Lo he dicho siempre: la paz se gana con energía, como la guerra. Ninguna paz duradera puede erigirse sobre la voluntad en ruinas. Y acaso la lección más ardiente de nuestra época haya consistido en demostrarnos, con hechos y no con máximas, que debemos vivir una paz heroica». La cita es de Jaime Torres Bodet, poeta y educador mexicano que fue el primer director general de la Unesco, organización creada en 1946, hace ahora setenta y cinco años, inmediatamente después de los estragos de la Segunda Guerra Mundial.

Haciendo un poco de historia: en 1941, el presidente estadounidense, Franklin Roosevelt, y el primer ministro británico, Winston Churchill, habían firmado la Carta del Atlántico, documento que recomendó la creación de un organismo permanente de seguridad colectiva, con el fin de impedir guerras futuras. En febrero de 1945 se celebró la famosa Conferencia de Yalta (península de Crimea, antigua URSS) entre los «Tres Grandes», los líderes de Estados Unidos, el Reino Unido y la URSS: Roosevelt, Churchill y Stalin, que estuvieron reunidos durante una semana, del 4 al 11 de ese mes, en el que probablemente sea uno de los hechos diplomáticos más célebres del siglo XX.

En esa reunión en la ciudad de Yalta se decidió convocar una conferencia en San Francisco para la creación de la Organización de las Naciones Unidas con el objetivo de contribuir a estabilizar las relaciones internacionales y cimentar la paz, el progreso social, el desarrollo económico, la descolonización, el desarme, los derechos humanos, etcétera, como puntos focales de la agenda. La Carta fundamental fue firmada el 26 de junio de 1945 por los representantes de las cincuenta naciones que asistieron a la conferencia, y posteriormente firmó Polonia, siendo cincuenta y uno los países fundadores. Esta Carta entró en vigor el 24 de octubre de 1945. Paraguay estuvo entre los Estados fundadores de las Naciones Unidas, foro que representa las excelsas aspiraciones de los pueblos de construir un mundo libre de guerra, pobreza, represión y sufrimientos.

Nuestro país ingresa como Estado miembro de la Unesco por Ley No. 256 del 31 de mayo de 1955, que aprueba y ratifica la convención celebrada en Londres el 16 de noviembre de 1945, que creaba la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization, Unesco). Ese día, el 16 de noviembre de 1945, treinta y siete Estados firmaron la Constitución que marca el nacimiento de la Unesco. Dicha Constitución entró en vigor a partir de 1946, ratificada por veinte Estados: Arabia Saudí, Australia, Brasil, Canadá, Checoslovaquia, China, Dinamarca, Egipto, Estados Unidos de América, Francia, Grecia, India, Líbano, México, Noruega, Nueva Zelanda, Reino Unido, República Dominicana, Sudáfrica y Turquía.

En 1945, Ellen Wilkinson, ministra británica de Educación, leyó el preámbulo y proclamó la adopción de la Constitución de la Unesco. Ese mismo año se escogió París como sede de la Unesco. El emblema de la Unesco fue adoptado en 1954 y evoca el templo del Partenón, construido en la colina de la Acrópolis, en Atenas, como un homenaje a Grecia, país donde nació el ideal de la democracia en el siglo VI a. C.

La Unesco se reconoce en los Estados miembros a través de las Comisiones Nacionales. Los Centros y Clubes Unesco, como espacios de la sociedad civil, se adscriben a los ideales unesquianos y colaboran estrechamente con el desarrollo de sus programas para el logro de sus objetivos. Aglutinan en sus filas a intelectuales y artistas de reconocida trayectoria, y existe una Federación Mundial de Centros y Clubes Unesco (Fmacu).

La Unesco ha sobrevivido a numerosas vicisitudes y ha construido cimientos de esperanza, aunque las guerras no se han superado, así como tampoco los despotismos ni las injusticias. La actual directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, de origen marroquí, ha señalado en estos días, en medio de la celebración de los 75 años del organismo, la importancia «de la dignidad pero también de la libertad de pensar y de hablar, de aprender y de acceder a la información» entre los nuevos y enormes desafíos de contribuir a la humanización de la globalización.

beagbosio@gmail.com

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