Urge construir fundamentos de política exterior en la cuenca asiática del Pacífico

La falta de relaciones diplomáticas entre Paraguay y China no impide por completo el comercio entre ambos países. China es el principal proveedor de las importaciones en Paraguay (US$ 3.450 millones en 2017, 29% del total importado), mientras que las exportaciones registradas de rubros paraguayos a China son mínimas (US$ 26 millones en 2017, 0,39% del total exportado). Como resultado se obtiene una balanza comercial excesivamente deficitaria con China, equivalente a US$ 3.424,94 millones. Estos datos se señalan en el informe “La Emergencia de China en América Latina. Como pensar el Paraguay en la Cuenca Asiática del Pacífico”, elaborado por Gustavo Rojas, y publicado por el Observatorio de Economía Internacional (OBEI) del CADEP.

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Sinergias entre economías

El autor menciona, sin embargo, que existen sinergias entras las economías de China y Paraguay. Aparte de la evidente y enorme pérdida de ingresos por la no venta de soja y carne al mercado chino, nuestro país también se enfrenta a otro importante costo de oportunidad cuando se analizan las inversiones directas chinas emprendidas en los otros países del Mercosur en sectores de infraestructura y transporte, que se constituyen en potencialidades para Paraguay.

En el informe se señala que se hace necesario construir los fundamentos de una política exterior de posicionamiento estratégico del país en la Cuenca Asiática del Pacífico. El acercamiento del Paraguay hacia China debe ser pragmático e integrado a una amplia estrategia de proyección hacia el Pacífico, estrategia que debe incluir la construcción de nuevos términos de relacionamiento con Taiwán, el diseño de una agenda con China y, potenciar la agenda con Japón y Corea del Sur.

En un mundo que atraviesa profundas transformaciones, urge al Paraguay definir las prioridades de su proyecto de desarrollo nacional y, en base a ello, construir los fundamentos de una política exterior de posicionamiento estratégico en la Cuenca Asiática del Pacífico.

La diplomacia asiática del saliente gobierno de Horacio Cartes ha tenido como principales aspectos distintivos: i) el establecimiento de un diálogo permanente, aunque multilateralizado, con China por medio de la CELAC; ii) un mayor pragmatismo en la incipiente construcción de una agenda comercial con Taiwán; iii) mayor protagonismo de proyectos de cooperación al desarrollo apoyados por Japón y Corea del Sur en Paraguay. Ha habido avances importantes pero que se han mostrado insuficientes.

El acercamiento del Paraguay hacia China debe ser pragmático e integrado a una amplia estrategia de proyección hacia el Pacífico. Esta estrategia debe tener como palanca a las relaciones más sólidas y próximas construidas hasta el momento por nuestro país en la región.

Nuevos relacionamientos con Taiwán

Paraguay debe probar los límites de su relacionamiento con Taiwán. Las recientes preferencias arancelarias de acceso al mercado taiwanés y la concentración de recursos no reembolsables de la cooperación taiwanesa en el sector de viviendas populares han dado mayor visibilidad al relacionamiento bilateral, apartándolo de su tradicional inercia. Ante la aproximación controlada del gobierno Trump hacia Taiwán y la perspectiva de realización, en abril de 2019, de un referéndum sobre la independencia taiwanesa, el incremento de las tensiones en el Pacífico asiático eleva las posibilidades de conflicto en la región. Con ello, se amplía el interés de Taiwán de garantizar una provisión estable y segura de insumos estratégicos, como alimentos, para su población. 

Entre los países que mantienen relaciones oficiales con Taiwán, Paraguay se destaca por ser el mayor productor y exportador de alimentos. No obstante, pese a la reciente ampliación de la cuota, la carne paraguaya sigue teniendo reducida participación en Taiwán. En 2016, ha respondido con solo el 3% de la carne consumida en ese país, muy inferior a la participación de Australia (41%), EE.UU. (29%) y Nueva Zelanda (27%). Además, todavía no se ha explorado el mercado de la carne porcina y avícola, con un consumo muy superior al de la carne bovina en la isla (MLA, 2018).

La dimensión de la promoción de inversiones ha estado exenta de la agenda bilateral, pese a la vigencia de un acuerdo de inversiones con Taiwán desde 1996.

Se estima que, al no mantener relaciones diplomáticas con China, Paraguay estaría dejando de percibir un flujo potencial anual de US$ 138 millones en inversiones directas y de US$ 224 millones en concepto de préstamos bancarios.

Nuestro país debe emprender una nueva política de atracción de inversiones taiwanesas, apoyada por mecanismos bilaterales de financiamiento, como, por ejemplo, la conformación de un Fondo Bilateral de Proyectos Estratégicos. Este fondo debería concentrar sus esfuerzos en el financiamiento combinado de créditos concesionales y no reembolsables dirigidos a apoyar iniciativas públicas y/o privadas bilaterales de financiamiento al comercio, a la infraestructura, a la transferencia de tecnologías y a la cooperación al desarrollo. Más allá de sus potenciales dimensiones, las modalidades de operación de este fondo podrían constituirse en un interesante instrumento de diferenciación del financiamiento taiwanés en comparación con el chino.

Dentro de las modalidades de financiamiento a la región predominan términos potencialmente riesgosos para países de renta baja, como son los créditos no concesionales o la utilización de la producción futura de determinados commodities como activos colaterales.

Agenda con China 

Esta estrategia no excluye la profundización del diálogo político con China en el marco de la CELAC y del Mercosur. En 2014, el Gobierno de China ha creado el Fondo de Cooperación China CELAC (CLAI FUND), integrado por recursos del orden de US$ 45.000 millones y operado por el Banco de Desarrollo de China y el Banco de Importación-Exportación de China. Estos recursos están siendo destinados a fortalecer los vínculos de China con América Latina por medio del financiamiento de inversiones en los sectores de infraestructura, energía, industria, logística y tecnología. En ese contexto, el Fondo Brasil China se ha integrado el año pasado con US$ 15.000 millones en aportes del CLAI FUND y US$ 5.000 millones del BNDES (Amorim, 2018).

La señal de la inclusión de América Latina en la Ruta de la Seda (One Belt, One Road), anunciada por el canciller chino al inicio de este año, durante la Cumbre CELAC-China, realizada en Santiago, es una demostración de la apuesta por la región. No obstante, en los últimos años, la agenda de CELAC viene siendo construida más en base a sus diálogos extrarregionales con China y Unión Europea que entre sus propios miembros.

Fortalecer la agenda interna de CELAC es fundamental para lograr una mayor coordinación entre sus países miembros en el ejercicio de diálogo con China. Por eso, la convergencia entre la Alianza del Pacífico y el Mercosur es clave para fortalecer la integración regional y una mejor coordinación de las proyecciones extrarregionales de ambos bloques.

En ese sentido, se debe acompañar con atención el desenlace de los pedidos de Paraguay y Uruguay por elevar su participación en la Alianza del Pacífico, pasando de Miembro Observador a Miembro Asociado (Puentes, 2017). 

El Paraguay debería integrar el reinicio de un diálogo estructurado entre el Mercosur y China, tal como lo venía haciendo hasta 2004, uno de los principales objetivos trazados por la actual Presidencia pro tempore uruguaya.

La presencia de inversiones chinas en nuestro país podría reforzar el perfil de Paraguay como plataforma orientada a la provisión de insumos industriales al Mercosur. 

Al mismo tiempo, al constituirse en un territorio aduanero distinto y con mayores flexibilidades financieras, se debería insistir en la posibilidad de explorar a Hong Kong como puerta de entrada a China. Además de mostrarse un mercado más dinámico para las exportaciones paraguayas que China y Taiwán, Hong Kong se viene constituyendo en una fuente en crecimiento para la IED en Paraguay.

Potenciar: Japón y Corea del Sur 

Esta política de proyección hacia el Asia también debería incluir una renovación de la agenda hacia los socios tradicionales, como Corea del Sur y Japón. El Mercosur ha lanzado oficialmente negociaciones para alcanzar un acuerdo de libre comercio con Corea del Sur y Singapur durante la presidencia pro tempore paraguaya. Corea del Sur se está viendo obligada a diversificar sus relaciones comerciales con otros países y regiones tras la decisión del Gobierno Trump de iniciar un proceso de renegociación del acuerdo bilateral de libre comercio entre ambos países. Una reforma del acuerdo de inversiones establecido entre Paraguay y Corea del Sur, en 1992, debe buscar incorporar los innovadores marcos institucionales de promoción y facilitación de inversiones del actual modelo coreano. Por el lado de Japón, hay un claro interés en celebrar acuerdos bilaterales de inversiones con los países de la región y este país es uno de los principales emisores de inversión extranjera directa (IED) en el mundo y el principal inversor asiático en América Latina, totalizando US$ 65.000 millones entre 2013 y 2015. Más importante aún es que el 78% de la IED japonesa en Latinoamérica se ha destinado a sectores intensivos en mano de obra, como el industrial y de servicios.

La conclusión exitosa de las negociaciones del acuerdo automotriz bilateral entre Paraguay y Brasil será un punto clave en la definición del potencial de atracción de inversiones japonesas, coreanas, chinas y taiwanesas.

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