El primer caso fue confirmado en una mujer de 33 años el pasado 14 de marzo y causó mucho revuelo no solo en la ciudad brasileña, sino también en el lado paraguayo de la frontera. La paciente había regresado de un viaje a Europa y debía guardar aislamiento domiciliario; sin embargo, a pesar de haberse sometido al test del COVID-19, siguió con sus actividades laborales normalmente y hasta participó de una fiesta. Posteriormente los resultados del examen, arrojaron resultado positivo. El caso trascendió internacionalmente, ya que muchos paraguayos y residentes en Alto Paraná participaron del mismo evento social que la mujer, quien hoy día está enfrentando un proceso ante la justicia de su país.
Con los correr de los días, los casos fueron aumentando, hasta que el 29 de marzo pasado el informe de Vigilancia Epidemiológica que monitorea a los pacientes comunicó que de “un solo golpe” se confirmaron diez positivos.
Actualmente, totalizan 29 pacientes, de los cuales 3 están internados, 8 en aislamiento domiciliario y 18 ya se encuentran recuperados. Los casos sospechosos suman 61 y descartados 311.
Los positivos en su mayoría están relacionadas a personas que viajaron al extranjero, que estuvieron ciudades donde ya había brote del virus como São Paulo o tuvieron contacto con personas de esa zonas.
Entre tanto, el estado de Paraná tiene 550 confirmados y 17 muertes. En comparación, Alto Paraná, departamento fronterizo en la región Ciudad del Este-Foz de Yguazú, cuenta con 8 confirmados al día de hoy.