“Hay grupos poderosos que apeligran la democracia”

Víctor Ríos Ojeda, exsenador nacional por el PLRA hasta el viernes pasado, es el nuevo ministro de la Corte Suprema de Justicia, cuya polémica elección se atribuye a un pacto entre los partidos que integran la Cámara Alta. En esta entrevista, el político devenido en juez se sacude de las críticas, varias de ellas mordaces. Asegura que sus enemigos le inventaron que alienta las invasiones y que sea favorable a la despenalización del aborto y del matrimonio gay. Advierte que acechan grupos de poder que ponen en peligro la democracia.

El nuevo ministro de la Corte Suprema de Justicia Víctor Ríos Ojeda, hasta el viernes ex senador del PLRA.
El nuevo ministro de la Corte Suprema de Justicia Víctor Ríos Ojeda, hasta el viernes ex senador del PLRA.

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- El primer senador activo en la historia que pasa a ocupar un cargo de ministro de la Corte Suprema de Justicia, además con un apoyo de 33 votos, inusitado, llamativo...

- Es cierto. Llego con un fuerte apoyo de la Cámara de Senadores en el marco de un debate intenso en el país. No se puede negar mi intensa política activa partidaria. Pero mi presencia en la Corte lo que va a hacer es consolidar el Estado de Derecho, la división de poderes, la independencia del Poder Judicial. He dado testimonios al celo que siempre he desplegado por la independencia del Poder Judicial. Creo que he sido el legislador que más proyectos ha presentado para reducir los ámbitos de discrecionalidad del Congreso y ampliar las facultades de control del Poder Judicial: la reglamentación del juicio político, pérdida de investidura... Siempre sostuve que el Poder Judicial tiene la potestad de controlar la constitucionalidad de ciertos actos del Legislativo.

- ¿Cuántos años, familia?

- Tengo 50 años. Tengo 5 hijos, tres anteriores a mi matrimonio. Con mi esposa tenemos mellizos, una nena y un nene de 7 años...

- ¿El más joven de la Corte?

- Posiblemente. Creo que sí...

- ¿Su curriculum?

- Soy abogado por la Universidad Nacional del Nordeste de Corrientes, especialista en Derecho Penal por la misma Universidad. Fui electo rector de la Universidad de Pilar allá por el 2005. Fui ministro de Educación, senador nacional. Tengo más de 10 libros publicados, algunos en coautoría sobre temas jurídicos, educativos, ciencias sociales en general. Soy investigador científico de la Universidad.

- ¿Deportes?

- Soy aficionado al Tae-Kwon-Do. Llegué a cinturón negro, primer dan. Practico siempre por mi cuenta. También hago caminatas diarias.

- Esta elección suya no estuvo exenta de críticas, agudas, mordaces. Hubo rechazo de gremios empresariales, de abogados, de obispos...

- Muchas de las críticas son producto de preconceptos, de prejuicios, en algunos casos de tergiversaciones de posturas mías..

- Se dijo de usted que defiende las invasiones...

- Nunca jamás me he manifestado en contra de la propiedad privada. Pedí a todos los que me cuestionaron que muestren una sola prueba de apoyo mío a las invasiones...

- Se dijo que apoya el matrimonio entre personas del mismo sexo...

- Nunca he dicho que apoyaba el matrimonio igualitario. Es más, me he manifestado en contra. Yo respeto pero no discrimino. Soy liberal. ¿Por qué voy a imponer mi forma de pensar? Respeto las opciones sexuales de todos.

- ¿Qué religión profesa?

- Soy católico. Toda mi familia es católica. Estoy convencido que somos hijos de Dios. ¿Por qué tendría que discriminar a nadie por su tendencia sexual? De ahí a sostener que apoyo el matrimonio igualitario, nada que ver...

- ¿Cuál fue su reacción ante el llamado a los católicos del arzobispo Valenzuela a manifestarse contra su designación?

- Es increíble. Todavía no puedo creer. Antes de presentarme a concursar me he reunido con él. Me preguntó sobre estos temas. Le aclaré mi postura. Me sorprende absolutamente esa reacción del arzobispo Valenzuela. No sé si tenía un candidato. Como católico me duele su rechazo. Nunca se manifestó contra mi postulación. Me hubiera gustado que en las audiencias públicas de las que participé me hubiera planteado sus preocupaciones. Más allá de las críticas respeto los delineamientos de la Iglesia y debo confesar que nunca me sentí tan representado por un Papa como el Papa Francisco. Por eso es que me duele que mi Iglesia, o por lo menos la jerarquía de mi Iglesia me haya dado ese trato. Le puedo decir que inclusive hubo mucha gente que se unió en cadena de oración en varios puntos del país para rezar por mi elección.

- ¿Cuál es su posición sobre la despenalización del aborto que para la Iglesia es una estrategia moderna para perpetrar un crimen?

- Yo no estoy de acuerdo con la despenalización del aborto. Siempre he sido muy claro en eso, y le digo como especialista en derecho penal. Es otra infamia que se difundió en mi contra.

- También lo señalaron como candidato de la izquierda, “liberal, progresista, izquierdista”...

- (sonríe). Una mezcla de diosa y pantera. Quien me propuso en el Consejo de la Magistratura fue la doctora (Mónica) Seifart (representante del Poder Ejecutivo). ¿Le parece que sea de izquierda? El de izquierda en todo caso sería (Pedro) Santa Cruz, el resto nadie. Los que votaron en el Senado, mire la lista. Son siete los senadores de izquierda que me votaron. El resto, 25, ninguno es de izquierda, más bien son todos de derecha. El presidente de la República, Mario Abdo Benítez (ANR, Añetete), todos saben que es conservador de derecha. El me otorgó el acuerdo constitucional para poder ejercer el cargo de ministro de Corte, nada que ver con eso de “candidato de izquierda”.

- ¿Cómo se declara usted?

- Liberal democrático. Doctrinariamente respondo obviamente al Partido Liberal Radical Auténtico. Su ideario se define como un liberalismo progresista democrático nacionalista. Mire, yo no me acuerdo de otro caso de designación de ministro de Corte en que tanto se haya atacado, o que tanto se hayan preocupado por la ideología del candidato. Es la primera vez que se discutió tanto, y está bien que eso sea así.

- Pero todo el mundo cree que fue un pacto político a cambio de concesiones, de repartija para los demás partidos...

- Yo por lo menos no formo parte de ningún grupo de poder. No pertenezco a ningún gremio ni grupo de interés, a ningún grupo de presión o grupo económico. Yo era hasta esta semana senador por voto popular y no tengo ninguna pertenencia orgánica que no sea a las universidades públicas. Después no tengo ningún compromiso con ningún factor de poder, en todo caso mi compromiso al ser electo siempre fue con la ciudadanía. Ningún ministro de Corte, obviamente, llegó a ser tal sin un fuerte apoyo político. Es lo que exige nuestro diseño constitucional. Sin tener 23 votos (de un total de 45) en el Senado es imposible llegar.

- El lamento de siempre del público es que no se tiene en cuenta el mérito, la honestidad, la capacidad, la falta de respeto a los puntajes...

- Eso no es cierto. Los tres que integramos la terna cumplimos estrictamente con los reglamentos del Consejo de la Magistratura. Se dijo que las personas que superaban cierto puntaje eran ternables. Con el tema de los antecedentes académicos estaba en tercero o cuarto lugar. Con las audiencias públicas me fui un poco para abajo. Me quejé muchísimo de la calificación que me dieron. Los consejeros califican discrecionalmente sin explicar. Entonces, uno que tenga su favorito le puede poner 20 y a su competidor más fuerte le pone el menor puntaje. Es muy discrecional. Lo tira para abajo. Lo mismo en el examen escrito. No me reconocieron preguntas correctas que no fueron leídas por la máquina. Son las cosas que hay que corregir. En la evaluación cualitativa integral final yo fui el mejor calificado.

- ¿Es cierto que está dispuesto a ofrecer su cargo después de 5 años?

- Yo tengo esa tesis de que los ministros de la Corte, si quieren continuar deben volver a concursar cumplidos los 5 años.

- Puede ser interpretado como demagogia...

- No. Tampoco es que estoy diciendo eso ahora para congraciarme. Reconozco que la jurisprudencia de la Corte dice otra cosa...

- Hasta los 75 años...

- Respeto. Yo no digo que mi interpretación sea la única correcta. Es mi tesis y la defiendo y la fundamento, lo cual no quiere decir que sea la verdad. Puede ser que los otros tengan mejor interpretación de la Constitución.

- La otra cuestión es si un político con mucha soltura y habilidad para comunicarse puede calzar en una Corte cerrada, con una tradicional tendencia secretista...

- Yo siempre combatí el secretismo. Al contrario, yo soy partidario de la publicidad de los actos del Poder Judicial. Es más, voy a luchar para que eso sea así. Ya se han conseguido conquistas como la transmisión por televisión de la plenaria de la Corte. El próximo paso es que tenga su canal de TV, de Youtube para comunicarse. Por algo se le dice a la sociedad actual la sociedad de la comunicación. Hay que recurrir a esas herramientas para publicitar lo más que se puedan los actos.

- Ya hay ahora una mayoría absoluta de gente nueva en la Corte. Hubo mucha esperanza con los cambios pero hoy la crítica rebrota de nuevo hacia la falta de credibilidad...

- Hay un proceso de renovación generacional e intelectual en la Corte. Es innegable. Lo que hay que entender también es que el Poder Judicial tiene un aparato muy pesado, muy complejo. Es difícil hacer cambios revolucionarios. Por lo que hablé con los demás ministros de Corte es que ellos están muy concentrados ahora en combatir la morosidad judicial, ponerse al día con los expedientes. Pero indudablemente se está abriendo más a la ciudadanía. Entonces, lo que yo pretendo hacer es acelerar ciertos procesos como por ejemplo, la mayor apertura hacia la ciudadanía, aprobar un nuevo Código de Organización Judicial, trabajar con herramientas científicas para combatir la morosidad...

- Son promesas que ya escuchamos recitar a los otros miembros que asumieron...

- Si, lo nuevo con mi presencia sería trabajar con la estadística. Es difícil combatir la morosidad judicial con seriedad, si no trabajamos con hechos concretos. Si no tenemos datos empíricos, es muy difícil construir una solución efectiva.

- Este es un país privilegiado en comparación con los vecinos donde los conflictos son eternos como Chile o Argentina. Nuestro problema es la falta de justicia pronta y barata. El terreno está abonado...

- Hay muchos peligros que acechan. La falta de justicia pronta y barata es un peligro real, reconozco, pero también hay grupos muy poderosos, corporaciones muy poderosas que apeligran la democracia. La lucha por la democracia es una lucha diaria. Por eso es que mi planteamiento es fortalecer el Poder Judicial desde una perspectiva democrática. No va con el secretismo. El Poder Judicial tiene un papel esencial en la defensa de la democracia y la transparencia de nuestros actos es fundamental. Quiero en ese sentido impulsar la aprobación del nuevo Código de Organización Judicial, que data de 1981, de los tiempos de la dictadura (de Stroessner). No podemos seguir funcionando en base a una ley de la dictadura. Hay que derogarla y aprobar la vigencia de una nueva.

- La corrupción. Está siempre latente, esa capacidad para delinquir de los funcionarios ante la menor oportunidad...

- El problema de la corrupción es grave. Hay que abordarlo con mucha fuerza. Es una de las misiones del Poder Judicial. Se ha avanzado bastante en nuestro país. Hay fiscalías especiales de delitos económicos, juzgados especiales... En esa línea hay que trabajar, porque la corrupción nunca es solo pública pero el que pierde siempre es lo público cuando quedan impunes los corruptos. Es un problema complejo que abordar y (para ello) la transparencia es fundamental. No hay que desconocer tampoco el problema del narcotráfico. Hay que potenciar el trabajo de la Contraloría (General de la República). Debemos involucrarnos todos: el Poder Judicial, el Parlamento, el Ejecutivo, la Fiscalía, la Contraloría...

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