Niños indígenas padecen condiciones infrahumanas frente mismo al INDI

Indígenas de varias comunidades se instalaron frente mismo al Instituto Nacional del Indígena (INDI), en Asunción, para reclamar títulos de sus tierras y otras reivindicaciones. El lugar se ha convertido en un pequeño e improvisado gueto donde los niños y niñas están en condiciones lamentables, esperando alguna respuesta de las autoridades.

Los niños indígenas duermen en pleno asfalto, frente a la Unidad Militar donde están las oficinas del Indi, sobre la avenida Artigas.
Los niños indígenas duermen en pleno asfalto, frente a la Unidad Militar donde están las oficinas del Indi, sobre la avenida Artigas.ABC Color

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Un pequeño grupo de niños y niñas indígenas juegan sobre el asfalto, frente a un resto de madera que fue utilizado como leña para el fuego que sirvió para cocinar el fideo “pupu”, que fue el almuerzo del día.

Cerca de las 14 horas, el asfalto frente a la Intendencia del Ejército, sobre la Avenida Artigas, donde opera igualmente el INDI, quema de tanto calor.

Un niño indígena, sin embargo, duerme profundamente sobre un fino colchón en este asfalto. Su sueño parece alejarle de la realidad a la que se enfrenta a su cortísima edad.

Mientras este niño duerme, los adultos toman tereré, sentados en diferentes rondas. Vinieron de la comunidad Arroyo Guasu, de Coronel Oviedo.

Nimio López, uno de los indígenas de esta comunidad, aseguró que llegaron el domingo pasado, durante la noche, y que la idea es lograr que el INDI por fin les pueda resolver el problema de la titulación de sus tierras.

“Lo que estamos buscando es que nos confirmen la titularidad de las tierras. Nos dicen que hay dos títulos en el lugar donde vivimos. También reclamo como joven las becas para que los indígenas puedan acceder a esas oportunidades. Nos dijeron que había 800 becas para indígenas pero el INDI nunca nos comunicó nada” dijo Nimio.

La pequeña vereda frente al local militar se ha convertido en el lugar de refugio de centenares de indígenas, que de diferentes partes, han llegado en los últimos tiempos para reclamar reivindicaciones.

Algunos han permanecido en el lugar varias semanas, viviendo en improvisadas carpas, sin tener baños, ni las condiciones mínimas para una convivencia.

En ese orden de cosas, quienes más sufren son los niños y niñas, que están en gran cantidad.

Los propios indígenas calculan que de las 580 personas que llegaron el domingo último, al menos la mitad, son niños.

Actualmente, en la zona están indígenas de al menos unas diez comunidades, todas de la región Oriental del país.

Más apoyo

ABC Color buscó tener la versión del titular del INDI, Pablo Eduardo Santacruz, pero atendió a este medio Yudith Rolón, directora de Derechos Humanos (DDHH) de la institución.

Según Rolón, la cuestión con los indígenas que llegan y acampan frente al INDI es bastante compleja, ya que tienen generalmente diferentes reclamos que incluyen, desde pedido de caminos, hasta tener agua, luz, y por supuesto, la titulación de tierras en disputa con otros presuntos propietarios.

Rolón dijo desconocer si existe alguna ONG que esté trabajando con estos grupos, pero aseguró que el grupo que llegó el domingo ya estaría dejando el lugar entre hoy y mañana.

“Falta mayor presencia de las demás instituciones del Estado. Que haya un verdadero proyecto de desarrollo, no solamente entregarles tierras y ya. Acá se necesita el apoyo de todas las demás entidades involucradas” dijo Rolón.

El presupuesto del INDI para el 2023 es de G. 97.119 millones, de los cuales, al menos G. 20.000 millones, debe ser destinado al cumplimiento de la condena impuesta al Estado paraguayo por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), como medidas de reparación impuestas en el caso de varias comunidades indígenas por restauración de sus tierras ancestrales.

El famoso “clan Domínguez”

Una parte importante de este grupo de indígenas responde al Clan Domínguez, liderado por Tomás Domínguez, un controvertido líder al que las autoridades involucran en casos llamativos respecto al manejo de su comunidad.

En junio del 2021, el propio viceministro de la niñez, Eduardo Escobar Said, denunció que “Tomai” Domínguez manipulaba a unos 200 indígenas que estaban acampando - de nuevo frente al INDI- en unos días de tormenta, mientras él estaba en un hotel resguardado.

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