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Doña Marcelina Acuña viuda de Oviedo goza de buena salud, se encuentra lucida y constantemente bromea con la gente de su entorno. Es muy independiente, cocina y come lo que quiere y siempre busca la manera de disfrutar cada día de su vida.
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Ella recuerda con detalles lo que se fue su vida de joven y resaltó la gran diferencia social de su época con la actualidad. Dijo que antes iba de fiestas en las “funciones” con sus amigas que se realizaban en la zona, pero que siempre fue bajo el estricto cuidado de su madre.
Doña Marcelina también dio énfasis al respeto que existía hacia los padres y hacia los semejantes. Relató que anteriormente era una costumbre a saludar cordialmente a las personas y ayudar a los que necesitaban. Indicó que en la actualidad los hijos no respetan a sus padres y los jóvenes pasan pisando a sus semejantes sin ningún tipo de saludo.
Señaló que después de casarse con, Ramón Oviedo+, formó una hermosa familia y recordó a su difundo esposo como un hombre trabajador, ejemplar, quien amaba a sus hijos. Indicó que de su matrimonio nacieron 3 varones y 7 mujeres y que todos recibían regalos y juguetes que eran comprados por su esposo.
En épocas de la Guerra del Chaco (1932 – 1935), su esposo, Ramón Oviedo, fue a defender al Paraguay contra las tropas bolivianas y en todo ese tiempo quedó al cuidado de sus hijos hasta el regreso de su marido. Indicó que gracias a Dios su esposo volvió sano y salvo de la guerra y que compartió momentos felices con él hasta su muerte.
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Por último, como le caracteriza a Doña Marcelina, bromeo sobre la fiesta que le prepararon sus hijos, nietos y bisnietos. Dijo que pasó muy bien, pero no como ella quería, en vistas a que, la misma quería bailar, pero que nadie la invitó.
Doña Marcelina Acuña viuda de Oviedo, vive en el Barrio San Pablo de Coronel Oviedo y asegura que aún está para seguir disfrutando muchos años rodeada de sus seres queridos.