Durante la celebración de la Fiesta Patronal de la Virgen de Itacuá en Encarnación, el obispo de la diócesis, Monseñor Francisco Javier Pistilli, reflexionó sobre el valor de la lucha interna por elegir el bien o el mal. Explicó que el mal continuará ganando mientras solamente decidamos por la conveniencia personal.
“A veces queremos trasladarlo a decisiones externas; sin embargo, el gran desafío siempre está aquí adentro”, dijo el obispo. “También quiero hacer una analogía, que es complicado por quién votamos, pero acá adentro es que tenés que saber si votás por el bien o por el mal”, sostuvo el Monseñor, interpelando a las autoridades locales y al público presente.
Además, fue oportuna la reflexión de cara a los comicios municipales del 2026. Entre el público estuvieron los precandidatos a la intendencia: por Honor Colorado de la ANR, Sebastián Remezowski; y por el PLRA (Alianza), Carlos Pereira.
Sobre el punto, ahondó pidiendo que, desde el lugar que le toca a cada uno, hay que saber decidir por lo correcto. Explicó que es imperioso “decir que no a todo lo que corrompe nuestros valores y decir sí a esos valores que sostienen la vida de cada uno y la vida de todos”.
Pistilli aclaró que “para mí, como obispo de la Iglesia, no se trata de tener influencia en los escenarios, sino de transmitir el evangelio a los corazones para que actúen correctamente”, subrayó. Concluyó que “el pecado es una gran hipoteca, elegimos el pecado e hipotecamos el futuro”.
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Peregrinación bajo la lluvia
Sobre la multitudinaria peregrinación, el obispo agradeció a los devotos por acercarse a pesar de la inestabilidad climática. Destacó la participación de los jóvenes y la organización de la fiesta mariana.
Centenares de personas llegaron durante la madrugada para cumplir sus promesas, incluso bajo la lluvia. La precipitación inició cerca de las 2:00 de esta madrugada y permaneció hasta el mediodía, con una acumulación de más de 26 mm de precipitación en la zona.
El tiempo lluvioso hizo que se suspendiera la peregrinación náutica prevista para dar apertura a la ceremonia principal.
También el lugar de la misa se trasladó adentro de la parroquia, aunque la estructura quedó pequeña para la cantidad de feligreses que acudieron.