Pablo Adorno, encargado del proyecto Agua para el Chaco, más conocido como acueducto, mencionó que comunidades aledañas como Cesárea, Betania y Tiberia también fueron beneficiadas y que están trabajando para llegar a más personas.
Los más de 500 kilómetros de extensión del acueducto, una obra de más de USD 80 millones fueron financiados mediante préstamos del BID y de la Agencia española de Cooperación para el Desarrollo (AECID) cuyos representantes visitaron Boquerón esta semana por lo que se aprovechó para inaugurar ese punto específico de distribución del agua.
Junto con el agua, también un nuevo estilo de vida debe ser adoptado, ya que si bien antes los integrantes de las comunidades se manejaban en base a la escasez, ahora recibieron varios cursos y capacitaciones para ser gestores del agua, utilizando el vital líquido al máximo y evitando desperdicios. Estos cursos fueron especialmente dirigido a las mujeres y jefas del hogar, mencionó Adorno.
“Hay varias conexiones casa por casa, en los patios, estamos instalando y probando y cada vez vamos haciendo realidad la funcionalidad del acueducto. Esto tiene un valor inconmensurable y estamos logrando una extensión inconmensurable, además realizamos trabajos también en el componente social y toda la parte ambiental se tuvo muy en cuenta”, agregó en otra parte.
El acueducto luego de más de 8 años de retraso y varias administraciones parece afianzar sus funcionalidad, aunque eventualmente los bombeos se suspenden por problemas en el suministro de energía eléctrica y falta de estaciones de rebombeo entre las cañerías, aún así se espera que en la brevedad pueda ser una inversión con la que la población chaqueña, en especial la más vulnerable pueda contar, para las épocas más duras del año.