Video: nativos del Pilcomayo claman a sus ancestros en medio de descomunal sequía

FILADELFIA. Pobladores y familias nativas de la ribera del río Pilcomayo se ven obligados a recurrir a rituales y danzas ancestrales en un pedido desesperado por las lluvias y el regreso del río en medio de la implacable sequía que azota a la zona. Los mismos sobreviven generalmente gracias a las actividades económicas que desarrollan en torno al río, como la pesca y la cosecha de miel, que por el momento son imposibles de conseguir y los coloca al borde de la subsistencia.

Captura de video. Este fin de semana, nativos de la comunidad Nivaclé realizaron cantos y danzas rituales clamando por la lluvia y el regreso del río Pilcomayo.
Captura de video. Este fin de semana, nativos de la comunidad Nivaclé realizaron cantos y danzas rituales clamando por la lluvia y el regreso del río Pilcomayo.

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Pobladores y familias nativas se ven obligados a recurrir a rituales y danzas ancestrales en un pedido desesperado por las lluvias y el regreso del río en medio de la implacable sequía que azota la zona desde hace ya varias semanas. Los mismos habitualmente sobreviven gracias a las actividades como la pesca y la cosecha de miel, que actualmente escasean.

Lea más: Pilcomayo: situación de sequía de río también es crítica en Bolivia

La ribera del Pilcomayo es territorio de por lo menos tres comunidades nativas como los Manjui, el pueblo Guaraní y los Nivaclé, los cuales desarrollan dinámicas similares de subsistencia, pero en los últimos días la falta de lluvias en el altiplano (Bolivia) deja seco al Pilcomayo, así como a todo el departamento de Boquerón y el Chaco, donde muchas familias, de por sí vulnerables, están en una situación crítica.

El líder de la comunidad Nivaclé, Diego Tofay, refirió que durante el fin de semana organizaron con su pueblo una larga caminata hacia una de las zonas más secas del río Pilcomayo, hacia Pedro P. Peña, en donde participaron de cantos rituales y danzas ancestrales tanto ancianos como mujeres y niños y clamaron por el agua del río y de lluvia.

“La situación es muy triste, se nos murieron todos los pescados para comer (...) Las danzas y cantos son una costumbre ancestral de nuestro pueblo”, dijo.

Sin médicos en Pedro P. Peña

Tofay refirió además que la prolongada sequía afecta la calidad del agua que están bebiendo y que, en cuanto a la salud, muchos ancianos y también niños presentan frecuentemente cuadros de diarreas y vómitos y, pese a contar con la infraestructura de un puesto de salud, no tienen un médico permanente.

Puntualizó que por el momento están bebiendo agua de uno de sus últimos pozos artesianos, el cual tiene agua dulce, pero no saben por cuánto tiempo ese recurso podrá paliar la situación. Dijo que hace días también compartió imágenes de la situación de su comunidad con varias autoridades locales, pero sin respuestas concretas hasta el momento. “Los hermanos criollos, niños y ancianos por ahora estamos muy golpeados y nos toca únicamente esperar la lluvia”, finalizó.

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