Devoción mariana en Fuerte Olimpo

Cientos de fieles devotos de la Virgen de Caacupé escalaron uno de los cerros Los tres hermanos, donde se encuentra el mirador mariano y en cuya cima se localiza una imagen gigantesca de la sagrada imagen, para participar de las actividades religiosas en honor a la Virgen. Los peregrinos lograron anteponer la fe hacia la madre de Cristo, para así vencer el riesgo y el cansancio de lo que significó, escalar el empinado terreno del cerro.

Numerosos devotos de la Virgen de Caacupé, en el mirador mariano, junto a los pies de la sagrada imagen en Fuerte Olimpo.
Numerosos devotos de la Virgen de Caacupé, en el mirador mariano, junto a los pies de la sagrada imagen en Fuerte Olimpo.abc color

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El cerro tiene una altura de casi 200 metros, y la única forma de llegar a la cima es a pie, ya que no posee caminos para vehículos.

Los senderos presentan pendientes muy pronunciadas, representando todo un desafío de destreza física para quienes se animan a escalar.

Los angostos caminos tienen además piedras que se mueven, lo que hace aún más difícil el subir o bajar el cerro.

A ésto se suman las lluvias que hacen que las piedras también se encuentren bastante resbaladizas. Todo ello hacía más difícil caminar allí.

Fe mariana

A pesar de todos los riesgos descritos, poco o nada les importó a los cientos de peregrinos quienes desde tempranas horas escalaron el cerro, con el objetivo de participar en la misa central.

El oficio religioso fue presidido por el sacerdote Mac-Donald Fils D Prosper, cura párroco de esta comunidad chaqueña.

Así veíamos a personas de la tercera edad, munidos de algunos palos que utilizaban como bastones de apoyo, y sobre todo, una profunda fe al escalar el empinado cerro.

Descansaban un instante, y luego reiniciaban la marcha, en busca de llegar hasta la madre de Jesús.

En horas de la noche lluvió, lo que hacía presumir que pueda mermar la presencia de los fieles en esta actividad religiosa. Sin embargo, todo lo contrario, ya que este año se pudo notar más presencia de peregrinos, en relación a años anteriores.

Se pudo constatar la gran tradición mariana que se mantiene viva en esta parte del país.

Promeseros

Entre los numerosos promeseros encontramos a Selva Largo, quien llegó junto a la Virgen acompañada de su pequeña hija, vestida con los atuendos tradicionales de la sagrada imagen.

Pagó de esta manera la promesa realizada a la madre de Jesús.

La mujer dijo que estando embarazada se le complico el parto, por lo que su madre pidió la intersección de la Virgen de Caacupé para que pueda salir de dicho percance y pueda salvar la vida de ambas.

Y en señal de gratitud llevaría a la pequeña cada 8 de diciembre vestida de esta forma durante un lapso de 7 años. Actualmente ya ha cumplido 4 años de promesa.

Otra madre llegó junto a la Virgen en compañía de sus dos hijos, para agradecer por la salud de ambos. Anteriormente, según refiere la mujer no dejaban los hospitales. Comentó que llegó al lugar por vez primera.

Devotos

La presencia de fieles en el mirador mariano, se da de forma permanente durante todo el día de hoy, ya que aquellos devotos que no pudieron llegar a la celebración central, aun así escalan el cerro, y así llegan hasta los pies de la Virgen de Caacupé.

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Muchas personas inclusive buscan pasar el día en el lugar, donde disfrutan de una jornada de camping, provistos de mucha agua y sus respectivos alimentos. Disfrutan en familia el almuerzo en el sitio, luego de orar a la Virgen.

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