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Durante 17 años Hijazi se paseaba y hacía “negocios” tranquilamente en esa zona. Nadie le cuestionaba pero ahora todo el mundo gua’u sabía lo que hacía.
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¿Cuántos más como Hijazi siguen sin ser molestados? Aquí lo preocupante es que cuando los miembros del Gafilat concluyan su misión, en Paraguay volverá “la normalidad”.
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Para hacerle sentar a la ciudadana activista contra la corrupción como María Esther Roa sí que son guapos los fiscales pupilos de Ña Sanrra y los jueces. ¿Por qué no se animaron a hacerle esto a la hija del “Patrao”?
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A Esther Roa ya le condenaron a vivir humillada durante su proceso. Y ahora le piden que pague más de G. 8 millones. ¡Una vergüenza! Fuertes con los débiles y arrodillados ante los poderosos.
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El Consejo de la Magistratura debería modificar su llamado a postulación para ministro de la Corte. Deberían invitar solo a abogados afiliados al PLRA.
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En consecuencia, deben abstenerse profesionales del Derecho de otros partidos políticos y con más razón aquellos que no están afiliados. Especialmente porque estos últimos creen inocentemente que es un concurso de méritos. Y no es así. Eligen a quien se gana la “simpatía” de políticos o “patrones”.
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A tambor batiente “Chucky” y compañía están queriendo que el Senado apruebe un proyecto de ley que pretende coartar la libertad de prensa y expresión. Le llaman: “Violencia política contra la mujer”. Los proyectistas deberían explicar con sinceridad qué hay detrás de esto. A simple vista no es necesaria porque el Código Penal ya castiga los insultos dirigidos contra todos.