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Se le está cayendo la careta a Santítere. Totalmente desencajado, vociferando contra un sector del empresariado porque le molesta que se publique el dinero que tiene, sus acciones y su posible influencia, rayana en lo inconstitucional, en las licitaciones públicas.

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Evidentemente, le quedan enormes la banda presidencial y el bastón de mando que ostenta cuando a veces hay actividades verdaderamente oficiales. Actuó como un “barrabrava”. Es un doctor Merengue.

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La ciudadanía tiene derecho a saber de dónde proviene la fortuna del Presidente de la República, del vicepresidente y de otras autoridades públicas. Si no quieren rendirle cuentas al pueblo, deberían renunciar. Así de simple. Pero no les conviene.

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Parece que Santítere piensa todo el tiempo en crear licitaciones públicas para favorecer a las empresas a las cuales estaba vinculado. Y lo peor, utilizan en su mayoría a Itaipú Binacional, con la complicidad de “Lucho” Zacarías Irún para puentear la fiscalización de la Dirección Nacional de Contrataciones Públicas (DNCP), a cargo de Agustín Encina.

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En este caso, la DNCP pasa a ser un simple “florero” así como lo es actualmente la Contraloría para las rendiciones de cuentas de los intendentes, gobernadores y otras instituciones públicas.

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Como prueba basta un botón: el contralor Camilo Benítez (ANR) prácticamente actuó de abogado de Santítere cuando se descubrió la mansión en San Ber del Presidente de la República.

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Camilín justificó esa grosería así como lo hicieron varios perifonero$ que pululan por ahí.

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A González Macchi casi lo llevaron a Tacumbú por un auto mau. ¡Qué tiempos aquellos!

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En campaña electoral, Santítere se presentaba gua’u como una persona humilde y trabajadora. En realidad, calladamente estaba forjando un “imperio monopólico” mientras el país espera que su jefe de Estado se dedique exclusivamente a resolver los graves problemas nacionales como la salud, educación, falta de empleo, inseguridad, graves problemas de infraestructura, etc.

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Ahora dio la orden de colocar pasacalles y mandarle hacer los estudiantes carteles de apoyo a su flaca figura política. No le va a alcanzar. Stroessner hacía lo mismo y así le fue un 2 y 3 de febrero de 1989.

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Calladiiitos están los directivos de la Caja de Jubilaciones de la ANDE que aparecieron como accionistas de un holding en el mismo paquete de Santítere. ¡Qué curioso! En diciembre de 2023 la policía cartista les molía a garrotes a los sindicalistas de la ANDE que protestaban contra la ley de superintendencia de jubilaciones y ahora aparecen en la masa societaria.

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A los perifonero$ y “Poncho Pytã” de la actualidad no les gusta que digamos que la Ley 209 de la dictadura de Stroessner se puso en vigencia con el gobierno cartista de Santítere. Esa es la realidad.

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Ni a Pastor Coronel se le ocurrió denunciar a algún opositor que se manifestaba contra el dictador. Pero la Policía cartista de Enrique Riera (otrora antistronista, hoy converso) busca una excusa para perseguir a opositores políticos.

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Evidentemente, al dueño del “quincho” le molesta recordar bajo qué gobierno se cometió un terrorismo de Estado, al atracar la sede del PLRA en la madrugada del 1 de abril de 2017 para asesinar al joven Rodrigo Quintana. La ciudadanía no debe olvidar que el Paraguay tiene todavía una “herida abierta y sangrante” con este trágico hecho, que se cubre con un enorme manto de impunidad.

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