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La pandemia, que anda desenmascarando a los avivados, hizo lo mismo con los políticos demostrando que a ellos, realmente, no les importan conocer a la gente de su comunidad, y mucho menos, convencerlas con sus ideas de gobernanza y planes para mejorar la comunidad. Solo quieren llegar al poder.
Teniendo las redes sociales, muchos –para no generalizar– no supieron aprovechar la herramienta para informar sobre sus planes para el barrio, cómo equiparían los espacios públicos, a quiénes recurrirían para mejorar las calles y ordenar las zonas urbanas. Por el contrario, vimos prácticas banales, como el billete de G. 100.000 dentro de unas tazas, la historia de infidelidad a causa del estrés, comida servida en tachos de agroquímicos mal lavados, pintatas, carteles, banners, calcomanías pegadas por todos lados, como si fuera que la gente los votará solo por ver sonrisas con dientes blanqueados y rostros sin arrugas.
Estas elecciones serán para los candidatos anónimos, gente a la que no conocemos, y cuya trayectoria política no sabemos, ni sus vínculos, lo cual se convierte en algo sumamente peligroso.
Recordemos que las intendencias y concejalías son cargos muy apetecidos por los narcos y contrabandistas que buscan llegar al poder y manejar ellos mismos ciertas zonas del país para mantener el negocio, ganar más poder y recursos, y aspirar a otros cargos más importantes como ocupar una banca en Diputados o en Senado y tener alcance nacional. También son apetecidos por corruptos que buscan los recursos municipales y de las binacionales –royalties y fonacide– para desviarlos a sus bolsillos.
Hemos visto ejemplos como el de Vilmar “Neneco” Acosta quien desde el cargo de intendente de Ype Hú, se volvió intocable por la justicia y por las autoridades locales, al punto de dar la orden de acabar con la vida de nuestro compañero de ABC Color Pablo Medina y de Antonia Almada, a quienes no pudo comprar.
Vayamos a un caso más reciente, el exintendente de Jesús de Tavarangue Hernán Schlender, quien utilizó nada más y nada menos que la estructura de la Municipalidad para lavar dinero proveniente del narcotráfico.
No olvidamos al Clan Zacarías Irún que durante 17 años utilizó como suya la Municipalidad de Ciudad del Este, donde instaló todo un esquema de desvío de fondos de la Comuna para hacerse de poder comprando conciencia y el silencio de muchos.
Como electores tenemos el poder de VOTAR y cambiar los esquemas de corrupción, pero el gran desafío será a quién ELEGIR. El cuarto oscuro del 20 de junio se convertirá en un espacio para jugar al gallito ciego.