Los datos estadísticos de bullying o de acosos que se registran a diario en las instituciones educativas en el departamento de Ñeembucú son preocupantes. Pero lo más preocupante es cuando la semana pasada ocurrió un hecho de bullying en una institución pública y una madre de familia viralizó el video en grupos de WhatsApp en donde los alumnos acosan a una niña menor de edad en un colegio público.
El padre de la niña angustiado y desesperado fue hasta el colegio y pidió explicaciones, y en una reunión de padres le informaron que el hecho ya está y que ya no se puede hacer nada.
Los docentes de esta institución se olvidaron de activar el protocolo establecido por el MEC, esta vuelta al parecer son los que quisieron esconder la situación debido a que la persona que viralizó el video se ufanó de tener mucho poder político y económico y que cualquier denuncia que realicen no tendrá ninguna implicancia.
Se entiende que los chicos están regresando a la normalidad luego de dos años de pandemia, pero para ello el MEC debió prever y coordinar con otras instituciones como el Ministerio de Salud para que los psicólogos clínicos o forenses brinden una atención principalmente a la salud mental de los niños quienes regresaron a las escuelas con mucha información basura desde sus casas.
Sería bueno que los padres de familia también seamos examinados por profesionales de la salud mental para no cometer el error de publicar videos que atentan contra la integridad de los hijos.
La sociedad debe exigir a las autoridades a que apliquen la ley como corresponde y defender los derechos del niño y no dejarse llevar por los políticos de turno que bajo amenaza acostumbran a hacer lo que quieren; sería bueno que también ellos se hagan un control mental.