Urge que todas las instituciones educativas cuenten con psicólogos clínicos para que permanentemente monitoreen o realicen un chequeo a los alumnos y a los docentes.
La cantidad de denuncias de abuso sexual registradas en el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) se triplicó en 28 días, después de lo ocurrido en un colegio de Lambaré. Pese a la campaña lanzada por la cartera educativa para la protección de los menores de edad, docentes manifestaron que recién ahora existe una apropiación del tema.
La familia de un niño de ocho años denunció que el mismo fue agredido por sus compañeros del tercer grado en una escuela de San Lorenzo. Como consecuencia del golpe, el pequeño llegó a quedar inconsciente.
SAN LORENZO. Un niño de 8 años de edad que va al tercer grado de la Escuela Jorge A. Gadea, del barrio Tayuasape de esta ciudad, fue supuestamente agredido por sus compañeros de grado. Según la denuncia hecha por la madre, los niños habrían imitado en contra de la víctima juegos de “superpoderes”, y luego le hicieron una zancadilla. Como consecuencia, el escolar cayó al piso y recibió un fuerte golpe en la cabeza, que lo dejó inconsciente.
Actualmente el país está en una “alerta roja” en lo que refiere a los casos de acoso escolar, incluyendo también el bullying, abuso y también violencia en las instituciones, según consideró la psicóloga Silvia Meza, integrante del equipo de Salud Mental del CONACYT. Ante el elevado índice, ¿cómo podríamos identificar a un agresor y a una víctima?
Las bromas capacitistas no son otra cosa que bullying hacia una persona que es objeto de burlas por tener lo que hoy llamamos capacidades diferentes o no encajar en los “estándares” físicos “permitidos” por una sociedad enferma y discriminadora hacia quienes no son funcionales al ideal que construye patrones de belleza muchas veces inalcanzables.