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La semana pasada fuimos testigos de una serie de acciones delictivas que sacudieron a nuestra región. ABC Digital, en su sección ABC en el Este, publicó estos hechos, que tuvieron lugar principalmente en la capital departamental y su área metropolitana. La inseguridad extrema debería servir como un llamado de atención para las autoridades.
El lunes, un grupo de vecinos valientes tuvo que tomar la justicia por manos propias después de un hurto. Se vieron forzados a detener a los presuntos autores.
El martes, la situación fue más preocupante cuando un asalto domiciliario resultó en el robo de pertenencias, incluyendo la ropa de los niños de la familia víctima.
El miércoles, la noticia policial más resaltante del día llegó cuando falsos policías asaltaron un depósito y se llevaron un camión cargado con celulares de alta gama, valuados en US$ 1.500.000.
El jueves, encapuchados con armas de fuego perpetraron otro asalto domiciliario. Robaron dinero, celulares y la memoria del circuito cerrado, a fin de no dejar evidencias de su actuar delictivo.
Finalmente, el viernes, un delincuente armado con un cuchillo asaltó a una docente en el aula, frente a sus ¡alumnos del nivel inicial! Ni las escuelas se salvan de la inseguridad extrema.
A raíz de todo lo detallado ahora surge la pregunta: ¿cuántos hechos más necesitamos presenciar para que las autoridades tomen medidas efectivas y aborden la crisis de seguridad? Los ciudadanos de bien merecen vivir en un entorno seguro y no temer por su integridad o por sus pertenencias.
Recientemente se realizaron cambios en la Policía del Alto Paraná, pero hasta el momento eso no se ha reflejado en el aumento de percepción de la seguridad. Los ciudadanos están cansados de promesas vacías, de reuniones sin resultados y de que no se tomen acciones efectivas.
Insisto en más presencia policial en las calles, trabajar en programas de prevención y, sobre todo, en un compromiso real de nuestras autoridades policiales. Hasta el momento no vemos una intención de mejorar, es por eso que estamos de mal en peor.