Las ONG al ataque

Me decía el senador Bachi Nuñez el pasado jueves en “Mesa” por ABCTV que lo que los contribuyentes paraguayos pagamos a las empresas/sucursales autodenominadas Organizaciones No Gubernamentales (ONG) pasó de veinticinco millones de dólares hace unos años a doscientos treinta y cuatro millones ahora.

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Parece que no son tan “no” gubernamentales esas empresas/sucursales (ONG). Se atribuyen dinero de los contribuyentes, pero odian y detestan que los contribuyentes les controlemos.

Creo que nada es más antidemocrático que criticar el control público. O, peor, tratar de impedirlo o impedirlo directamente. Ya esas ONG están embarcadas hace unas semanas en una virulenta campaña para descalificar a quienes se atrevan a insinuar siquiera la idea de que hay que controlarlas. Ni hablemos de la intensa cruzada que está en curso para satanizar a los que intenten controlarlas.

Así, califican de autoritario al nuevo proyecto “Que establece el control, la transparencia y la rendición de cuentas de las organizaciones sin fines de lucro” para fiscalizar a esas ONG, sin la decencia intelectual de explicar por qué sería autoritaria la implementación del más democrático de los principios: El dinero del pueblo debe estar sujeto al control público.

Es una típica y grosera acusación gratuita (“Del lat. gratuītus. 1. adj. De balde o de gracia. 2. adj. Arbitrario, sin fundamento. Suposición gratuita. Acusación gratuita”). ¿Qué tiene que ver el autoritarismo con el control de uso del dinero del pueblo? Decir que el proyecto es autoritario es escandalosamente gratuito, lo que pone en evidencia el nivel de desesperación que embarga a esas ONG a la hora de exponer a quién obedecen realmente. Y pone en evidencia también la deshonestidad intelectual de la que son capaces.

Maliciosamente pretenden confundir el control público, indispensable para que cualquier democracia sea funcional, con una supuesta intención de alinear a estas ONG en las políticas estatales del oficialismo, reivindicando, como si fuera bueno, el uso de dinero público para fines distintos a los votados por el pueblo en las elecciones.

Es mala fe pura y dura afirmar que los integrantes de estas ONG serán perseguidos por el hecho de que se les exija rendir cuentas. Igualar, como hacen estas ONG, control con persecución confirma que estas empresas/sucursales no tienen convicción democrática alguna. Lo cual es consistente con el programa autoritario de su matriz central, el Foro Económico Mundial, que pretende reemplazar la democracia con el corporativismo.

Y confirma que no tienen empacho alguno en mentir. Mienten hasta en los motivos de la presentación del proyecto: Desde atribuir el proyecto a una supuesta intención de paliar el incumplimiento de la derogación de la ley 6659 (“Transformación Educativa”) hasta hacerlo por las críticas del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (gobernado por ONG) al ataque del gobierno a la organización criminal “clan Rotela”, cuando lo cierto es que el proyecto viene surgiendo de múltiples fuerzas, estupefactas ante cómo usan nuestro dinero estas empresas/sucursales (ONG) para sus fines particulares.

evp@abc.com.py

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