El martes 28 de mayo de 2019, la entonces estudiante de Enfermería Wilma Castillo Noguera, quien tenía 30 años, fue atacada por dos sicarios en moto en la zona de la avenida Avelino Martínez de San Lorenzo.
La mujer acusó dos balazos en la cabeza y uno en el hombro, pero milagrosamente sobrevivió y también logró salvar la vida del bebé que estaba en su vientre.
En principio, el caso fue tratado como un asalto de motochorros. Sin embargo, cuando cayeron los dos autores materiales, una hora después, el caso tuvo un giro inesperado.
Lea más: Cae supuesta mandante del atentado hecho contra una mujer embarazada
Los autores detenidos fueron Roque Javier Vera, en ese entonces de 43 años, quien fue el que disparó contra Wilma, y Marco Benítez Armoa, quien tenía 26 años, el que condujo la moto usada en el atentado.
El sicario Roque Javier Vera resultó ser hermano de Martín Antonio Vera, de 40 años en esa época, quien a su vez era el amante de Wilma y padre de la criatura que la mujer estaba esperando.
De hecho, Wilma fue atacada justo cuando estaba esperando a Martín Vera, quien fue el que por celular la guió hasta el lugar donde intentarían matarla, en un punto previamente estudiado, ya que no había cámaras de seguridad.
Lea más: Querían matar a embarazada donde no existiera filmación
Al día siguiente del atentado, efectivamente fue detenido el amante de Wilma, Martín Antonio Vera, aunque también cayó la esposa de este, Bernardina Duré Aquino, quien tenía 35 años.
Cuando Wilma y Martín Antonio iniciaron su relación clandestina, la esposa de este último, Bernardina, estaba trabajando en España. Sin embargo, ni bien se enteró de que su marido tenía una relación paralela y que incluso la había embarazado, Bernardina regresó a Paraguay y comenzó a amenazar a Wilma.
La fiscala de San Lorenzo, Ana Girala, demostró en el juicio oral de este caso que el matrimonio conformado por Bernardina y Martín Antonio planeó el asesinato de Wilma y su bebé que estaba en camino.
Lea más: Pareja, a prisión por atentar contra mujer
Una prueba contundente contra Bernardina fue la serie de audios que intercambió con su cuñado, el sicario Roque Javier Vera, ya cuando este último estaba esperando a Wilma para dispararle.
Justamente, fue Bernardina la que recomendó perpetrar el ataque en un lugar donde no hubiera cámaras de seguridad y la que obligó a su esposo Martín Antonio a que guiara a la embarazada hasta la “boca del lobo”.
Las condenas
El lunes último, un tribunal de sentencia de Fernando de la Mora, presidido por Victoria Ortiz e integrado por Pedro Naser y Natalia Muñoz, condenó a 20 años de cárcel a los mandante del crimen, el amante Martín Antonio Vera y la esposa de este, Bernardina Duré Aquino.
Los jueces también sentenciaron a 20 años al conductor de la moto, Marco Benítez Armoa, y a 22 años al autor de los disparos, Roque Javier Vera.
Este último dijo durante el juicio que supuestamente no sabía que su “cuñada” era el objetivo y que nunca se hubiera atrevido a dispararle si sabía que estaba embarazada.
“Me iba a servir más afuera”
El martes último, el programa Crimen y Castigo de ABC TV recordó el caso de Wilma Castillo Noguera, quien estaba viendo el material y envió mensajes a la producción de dicho espacio periodístico.
En uno de ellos, decía básicamente: “Según tengo informes de la Fiscalía, que ya está la condena de cada uno de los sindicados, pero en ningún momento ni se acordaron por los daños y perjuicios. Yo aún sigo con dos balas en la cabeza y una en el hombro y puedo decir que estoy disconforme por la condena a la mujer. Deberían darle unos 35 años ya que fue la que planeó todo. Y al padre de mi hijo, me iba servir más afuera que privado de su libertad. Tenemos un hijo a quien sacarle adelante. Él debería de trabajar y cubrir los gastos de su hijo. Le va a necesitar mucho todavía. Yo pude terminar mi carrera, pero no puedo trabajar. No consigo un trabajo estable”.
Otro mensaje enviado por la víctima del atentado señala: “Uno de sus hermanos es el que cubre los gastos de mi hijo cuando necesita demasiado o para cubrir algunos medicamentos cuando está enfermito, ya que yo trabajo muy poco y además tengo otros 4 hijos más por quienes tengo que estar responsable también. Todos son menores de edad todavía”.
Durante el juicio oral, se reveló que supuestamente Wilma suele visitar en la cárcel al hombre que intentó matarla y que incluso le puso su nombre al bebé que también estuvo a punto de morir en el atentado.