En sesión extraordinaria que se llevó a cabo esta mañana, se pusieron a consideración dos candidatos a ocupar el cargo de gobernador hasta la finalización del presente periodo, que culminará en agosto próximo.
Por la ANR se presentó Christian Ríos, quien presidía la Comisión Permanente de la JDI durante el periodo de receso, y por el PLRA se presentó el concejal Ariel Franco. El resultado de la votación fue de 16 votos a favor de la ANR, tres a favor del PLRA y la abstención de los liberales Aldo López y Diosnel Carísimo.
Christian Ríos será reemplazado en su banca de concejal departamental por el suplente, Gustavo Silvero. Ambos asumirán sus respectivas funciones en solemne acto que se cumplirá el jueves 26 del corriente, a las 09:00 en la sala de sesiones de la Junta Departamental.
Hasta tanto, será gobernador interino el actual presidente de la Junta Departamental de Itapúa, Marcelino Galeano (ANR-HC).
Intenso internismo “interno”
La ANR en Itapúa sufre un quiebre que se profundizó tras las internas partidarias del 18 diciembre pasado. Existen casi irreconciliables posiciones entre el movimiento Fuerza Republicana (originalmente Añetete), liderado por el diputado Kolym Soroka, y el movimiento Honor Colorado, victorioso en dichas elecciones.
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Al interior de esta última facción existe una disputa por el liderazgo entre el ahora ex gobernador Brunaga, candidato a diputado para las elecciones generales de abril, y el actual diputado Walter Harms, candidato al rekutú y líder histórico a nivel departamental del movimiento liderado por Horacio Cartes.
Brunaga, quien resultó el candidato mejor posicionado dentro de su movimiento en las internas, soporta una serie de denuncias por irregularidades administrativas durante su gestión al frente de la Gobernación.
Una denuncia ante la DNCP fue canalizada precisamente durante la gestión del ahora electo para ocupar el cargo de gobernador, Christian Ríos, mientras ejercía la presidencia de la Comisión Permanente de la Junta Departamental.
A estas denuncias Brunaga las calificó como meros “palos en la rueda” sin argumentos técnicos o administrativos, sino argumentos “mediáticos y políticos” que buscan desprestigiarlo políticamente de cara a las elecciones generales de abril.