Relación Peña-Lula, que negocian el Anexo C, exhibe grieta diplomática

Peña reclamó a Lula la incapacidad de cancilleres para acordar inauguración del Puente de la Integración.SILVANA BOGARIN

La inauguración del Puente de la Integración, que debía ser el símbolo de la unidad entre Paraguay y Brasil, terminó convertida en un desplante diplomático. Mientras el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, habilitó la estructura el viernes 19 de diciembre en Foz de Yguazú, Santiago Peña hizo lo propio recién el sábado 20. Expertos analizan este “papelón” que desnuda una relación deteriorada, marcada por la incertidumbre sobre Itaipú.

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El Puente de la Integración, que une Presidente Franco con Foz de Yguazú, fue escenario hace una semana de una “doble inauguración” que dejó en evidencia la incapacidad de las administraciones de Santiago Peña y Lula da Silva para coincidir en un mismo espacio y tiempo. El viernes, Lula encabezó un acto unilateral en la margen izquierda; al día siguiente, Peña hizo lo propio, intentando antes matizar con retórica lo que en los hechos fue un fracaso de la diplomacia.

Durante la Cumbre del Mercosur, el mandatario confesó que la situación le dejó un sinsabor difícil de digerir, para luego descargar la responsabilidad sobre las estructuras burocráticas. “No puedo comprender que las cancillerías no se hayan podido poner de acuerdo para que usted y yo nos podamos encontrar en el medio de ese puente para celebrar un hecho histórico”, fustigó Peña, dirigiéndose directamente a Lula.

Ing. Mercedes Canese, exviceministra de Minas y Energía.

Para la exviceministra de Minas y Energía, Ing. Mercedes Canese, este episodio no es un simple error logístico, sino el síntoma de una enfermedad más profunda en las relaciones internacionales. Dijo que la ausencia de un acto conjunto es el reflejo de una relación que está “muy deteriorada” y que evidencia diferencias de fondo que los gobiernos no logran subsanar.

Canese sostiene que la molestia de Lula hacia Peña tiene raíces políticas claras. En primer lugar, apunta a lo que denomina una “política entreguista subordinada de Paraguay a los intereses norteamericanos”, la cual estaría bloqueando avances clave en el Mercosur. Menciona que la sumisión de Peña a la agenda de Washington, especialmente en lo que respecta a la postura hostil hacia Venezuela y la negativa a establecer vínculos con China, genera un cortocircuito con la visión regionalista de Brasil.

“Si pensamos que fue un problema nada más de las cancillerías, un problema logístico, estamos equivocados. Esta diferencia indica que hay razones profundas que hacen que estos dos países no se pongan de acuerdo”, afirmó. Además, subrayó que el acuerdo con EE.UU. que permite la presencia de militares y contratistas norteamericanos en Paraguay con inmunidad total es un punto de fricción directa en la Triple Frontera, una zona que Brasil considera estratégica.

En cuanto a Itaipú, Canese es tajante al calificar la situación actual como un beneficio exclusivo para el vecino país. Según su análisis, el retraso en la renegociación del Anexo C favorece el statu quo. “Estos desplantes parecen bastante teatro también. Cuanto más tiempo tardemos en tener un nuevo Anexo C, Brasil va a seguir con las ventajas de adquirir nuestra energía prácticamente al costo”, dijo.

Ing. Pedro Ferreira.

Por su parte, para el Ing. Pedro Ferreira, expresidente de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE), el hecho de que ambos presidentes estuvieran a escasos metros de distancia y no pudieran coordinar una agenda común es una falta de respeto a los pueblos de ambas naciones. “A mí me dio un poco de vergüenza ajena”, expresó Ferreira, recordando que el puente fue físicamente terminado durante los mandatos de Mario Abdo Benítez y Jair Bolsonaro, en 2023.

El experto señaló que existen al menos tres hechos que confirman la crisis: el retiro del apoyo brasileño al canciller paraguayo para secretario general de la OEA, el retraso injustificado de las obras complementarias y la retención de fondos de Itaipú en cuentas brasileñas.

Ferreira advierte que el tiempo corre en contra de Paraguay. Su pronóstico es sombrío: el nuevo Anexo C no estará vigente para enero de 2027, cuando expire el acuerdo tarifario actual. Esto obligaría a Paraguay a iniciar ese año bajo las condiciones que Brasil siempre impuso. “La posición paraguaya debe ser cada vez más fuerte en el sentido de usar nuestra energía dentro del Paraguay hasta tanto el Brasil no nos ofrezca una buena tarifa”, recomendó.

El expresidente de la ANDE sugirió que, ante la falta de avances, el Gobierno debería enviar un mensaje claro a Brasilia, extendiendo los contratos con industrias electrointensivas y criptomineras locales para garantizar que la energía paraguaya tenga un valor justo dentro del territorio nacional, en lugar de ser cedida a precio de costo al sistema brasileño.

Victorio Oxilia, investigador de la UNA.

Una postura ligeramente distinta sostiene el Dr. Victorio Oxilia, investigador y experto en energía. Para él, aunque el desencuentro en el puente es un hecho llamativo y refleja tensiones en la política exterior y regional, el tema de Itaipú posee una dinámica propia que lo mantiene, en cierta medida, aislado de estos roces protocolares. “Creo que el tema de Itaipú es algo que está casi blindado. Son cosas que para Brasil y para Paraguay son demasiado importantes”, explicó Oxilia.

Según su visión, las negociaciones sobre el Anexo C son tan relevantes para la economía de ambos países que los desplantes diplomáticos, por más graves que parezcan, no deberían descarrilar el proceso técnico de fondo. Sin embargo, reconoció que el contexto de política exterior mundial y hemisférica es hoy mucho más complejo que en décadas anteriores.

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