Turbulencias en una interna complicada

Después de tres semanas de tensión, el presidente Horacio Cartes finalmente logró desactivar la marcha campesina. Los agricultores dejaron las plazas frente al Congreso para buscar un nuevo lugar de negociación en la mesa ofrecida por el Gobierno. Un espacio infinitamente más cómodo para el Poder Ejecutivo.

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Ahora viene la disputa con el Congreso. El Frente Guasu quedó mal parado ante un electorado importante al no lograr cerrar un acuerdo para condonar deudas. Necesita con urgencia una nueva respuesta a los reclamos. La reunión de representantes de poderes del Estado para encontrar una salida a la crisis podría ser el espacio para tener opciones mínima.

Esa mesa también será el terreno donde el Poder Ejecutivo logre neutralizar una eventual recomposición del frente opositor en el Parlamento. Con un año de mandato por delante marcado por elecciones Cartes no se puede permitir que la oposición controle sin límites el Congreso.

El Parlamento desde inicios de este mandato fue controlado por la oposición con apoyo de la disidencia. Ahora tiene el agregado que es el espacio donde el candidato presidencial de la disidencia trata de hacer pie para avanzar en su campaña. Para el Poder Ejecutivo, el Congreso pasó de ser un lugar de disputa política a la arena electoral donde Mario Abdo puede terminar absorbido. La cuestión campesina es el mejor ejemplo.

La disidencia intenta revertir la situación; pero por ahora es poco lo que pudo obtener. Tomar la crisis del Guairá, una cuestión de liderazgo local, para llevarlo a escala nacional no funcionó. Y lo que es aún peor distrae tiempo necesario para terminar de cerrar alianzas.

El acuerdo inicial con el expresidente de la República Nicanor Duarte Frutos es la primera víctima. Ya hizo saber que no respaldará al proyecto presidencial de Abdo. En las últimas horas se confirmó que correrá la interna sin ir pegado a los candidatos presidenciales. Lo que meses atrás parecía una alianza segura terminó derrumbado ante la falta una línea de campaña clara de Abdo. Eso tendrá un impacto restando votos que podrían haber sumado a su favor. Incluso podría tener efectos más profundos en toda la línea de campaña.

Con la interna colorada en auge, la oposición parece empezar a despertar para buscar un proyecto político para las presidenciales del próximo año. En la semana, el presidente del PLRA, Efraín Alegre, se mostró en reuniones y conversaciones con el intendente de Asunción, Mario Ferreiro, tratando de mostrar apertura; pero hará falta mucho más que eso para poder consolidar un frente.

El intendente de Asunción también hizo lo suyo para sacar presión a los liberales. Aseguró que legítimamente podrán encabezar una alianza de cara al 2018. Fue un buen gesto, pero no alcanza para ganar elecciones.

Más allá de las buenas intenciones, el encuentro de los dirigentes de la oposición es el principio de un largo camino de negociación que no tiene un final claro. El desarrollo de las conversaciones será el que finalmente determine quién encabezará la oferta electoral de la oposición. Por ahora, Alegre parece tener la ventaja, pero eso podría cambiar a medida que los eventuales candidatos empiecen a sumar respaldo. De nada servirá que se postule a una figura del PLRA o de otro partido opositor si realmente no se logran cerrar acuerdos que respalden la candidatura.

La disputa electoral en la oposición apenas empieza y no está claro que pueda llegar a buen puerto. Todo dependerá de la capacidad que tengan los dirigentes para decodificar los tiempos y las necesidades electorales.

Todavía faltan cuatro meses para las internas partidarias y en ese tiempo el armado de los equipos generará sorpresas que afectarán las campañas de cada sector.

ogomez@abc.com.py

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