La canasta mecánica

EDUCACIÓN SIN PANTALLAS DIGITALES -El pasado mes de mayo, en Suecia, la ministra de Educación, Lotta Edholm, decidió desestimar la estrategia presentada en 2022 por la Agencia Nacional de Educación Escolar en materia de aprendizaje digital. Lotta Edholm ya había expuesto sus dudas sobre el uso de la tecnología en las escuelas, en una entrevista publicada en diciembre del año pasado.

La canasta mecánica
La canasta mecánicaArchivo, ABC Color

Cargando...

Ella expresó que veía esto como un experimento, y advertía acerca de una actitud acrítica descuidada que considera la digitalización como algo bueno, independientemente de su contenido, dejando de lado los libros de texto, que tienen ventajas que ninguna tableta puede sustituir.

Alexander, padre de dos niños pequeños, confía en las instituciones: “Tal vez si introducimos a los jóvenes en las pantallas a una edad temprana, estarán menos fascinados... porque siempre quieren lo que no pueden tener”. Otro padre, Andreas, está preocupado por su hijo mayor, de 13 años: no sabe escribir a mano, garabatea. Aprendió mirando una pantalla y pulsando un teclado. Tampoco sabe leer muy bien los textos escritos a mano.

En 2019 ya se había publicado sobre la obsesión de padres en Silicon Valley por alejar a los niños de la tecnología, incluso más allá de las paredes de las aulas. A tal punto, que en las familias de los altos ejecutivos de las empresas tecnológicas del Silicon se generalizó la práctica de exigir a las niñeras que firmen “contratos sin teléfono móvil”.

En el Waldorf of Peninsula, colegio privado donde se educan los hijos de directivos de Apple, Google y otros gigantes tecnológicos, no entra una pantalla hasta la secundaria.

Según Pierre Laurent, exingeniero informático de Microsoft e Intel, y presidente del patronato de un centro Waldorf: “Si le pones una pantalla a un niño pequeño limitas sus habilidades motoras, su tendencia a expandirse, su capacidad de concentración”. Todas las herramientas educativas que utilizan están en el día a día de cualquier familia: lápices y papel, agujas de coser, barro, calcetines o trozos de tarta para aprender las fracciones.

Digamos que es una cuestión de principios, de valores familiares y de compromiso de los padres en la formación de sus hijos.

Y mientras por aquí nos preocupamos por la desigualdad social y digital, que hace que tanto las familias como los centros escolares de los barrios y comunidades más pobres no puedan adquirir las capacidades digitales básicas, al no poder acceder a la tecnología, resulta que en Suecia se retorna a la escritura manual y muchos de los padres más ricos y poderosos de Estados Unidos vuelven a comprar pupitres de madera y cuadernos para las aulas. Muchas voces de gigantes del sector tecnológico dicen que la creatividad y la innovación solo son posibles con lápices e interacción humana, y que la tecnología en edades infantil y primaria no hace otra cosa que distraer.

Si papá, mamá, la niñera, están todo el tiempo mirando la pantalla del celular en forma adictiva, porque se trata de trabajo ¿Qué ejemplo y qué mensaje estamos dando a la gente pequeña y adolescente?

carlafabri@abc.com.py

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...