Las siete vidas y los tres festejos del gato

El gato es otra de las grandes mascotas que llegó a América con los conquistadores. Su función exclusiva de cazar ratones tal vez hizo que su papel de mascota fuera más tardío que los perros. Pero los queridos michis tienen cada vez más adeptos y han ganado espacio como integrantes de las familias. A diferencia de Laika, el gato sobrevivió al viaje espacial y el más longevo alcanzó los 38 años. Por algo dicen que tienen siete vidas... y también tres festejos al año.

Se dice que los gatos tienen siete vidas, incluso nueve.
Se dice que los gatos tienen siete vidas, incluso nueve.

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¿Cuándo llegó el gato doméstico al Paraguay? Y bueno…, si vinieron con los conquistadores, quién podría afirmar o negar que se los haya traído Pedro de Mendoza o Mencia de Sanabria. Podría haber sido cualquiera o quizá llegaron de polizones atraídos por la abundancia de roedores de los barcos. Si doña Josefina Plá no develó el misterio, tal vez nosotros difícilmente podamos hacerlo. O habría que empezar seriamente a investigarlo.

Lo cierto y concreto es que ya marcaban presencia durante la colonia y figuran causando revuelo en el Cabildo de Asunción nos dice el historiador Hérib Caballero Campos. Como ejemplo, el acta del 28 de julio de 1800 detalla: “A que los dos oficios que se hallan en esta plaza y en los que despachan los señores alcaldes, se hallan sumamente indecente por las dos puertas obra contigua que tienen hacia la parte del río, en las cuales igualmente se notan más troneras; y que además se introducen los gatos en los oficios ensuciándolos. Por tanto, acuerdan se manden trabajar dichas dos puertas y se coloquen debiendo igualmente comprarse alcayatas, cerraduras y demás herraje necesario deputando a el efecto al Señor Regidor Alférez Real”. Eran los tiempos del gobernador Lázaro de Rivera y fungían de alcaldes Josef González de los Ríos y Francisco Cavañas de Ampuero, primer y segundo voto respectivamente.

De cazadores a mascotas

Para el biólogo José Luis Cartes, director ejecutivo de Guyra Paraguay, no hay dudas de que los gatos que llegaron a América vinieron con los europeos durante la colonización y aclara sobre sus funciones: “En un principio, estos felinos eran vistos como una forma práctica de control de plagas, principalmente ratones, ratas e insectos. Pero a partir del siglo XVIII se comienza a acostumbrar usarlos como mascotas”.

Expone que el intercambio de gatos en esa época fue muy intenso de acuerdo a un estudio genético que evaluó las características de gatos de distintas ciudades de América, con respecto a las razas europeas. “El resultado indicó que los datos fueron muy heterogéneos, pero no menos interesantes, por ejemplo, los gatos de Asunción fueron genéticamente indistinguibles de los de la región de Cataluña, de España. Sin embargo, los gatos de Santiago de Chile mostraron más afinidad a gatos de origen británico, al igual que la costa este de los Estados Unidos. Pero eso significa que los gatos mayormente están muy diseminados y muy mezclados. Más aún hoy en día en que es muy fácil conseguir razas provenientes de todo el mundo. Estudiar el origen de alguna población representa un gran desafío que solamente se puede dilucidar con estos métodos de estudios genéticos”.

Gato montés y gato doméstico

A diferencia de los perros, cuya domesticación hoy día se estima incluso hace como 40.000 años atrás, los gatos domésticos tienen una historia más reciente de relacionamiento con el ser humano, refiere José Luis Cartes.

“Se estima que los gatos domésticos tienen su origen en la región de Oriente Medio y noreste de África, quizás como un producto de la cría de cinco gatas salvajes. Este proceso de domesticación se calcula que ocurrió hace 13.000 a 10.000 años atrás, y lo que produjo fue una especie de felino que básicamente puede convivir con el ser humano. Eso quiere decir que, a diferencia de los gatos silvestres, los domésticos son menos agresivos, e incluso interactúan cercanamente con los seres humanos, comen alimentos que le da y responde de alguna manera a los cariños y afectos que les dan.

Los felinos silvestres no tienen ese comportamiento de convivencia con el ser humano. Al contrario, generalmente, aunque sean criados desde pequeños, al llegar la edad de madurez se vuelven más ariscos, huraños y buscan internarse a la naturaleza. Por ello es un riesgo contar con especies salvajes como mascotas, pues en algún momento sus instintos y comportamiento pueden generar un accidente al poseedor que incluso en muchos casos, como los grandes felinos, resultaron mortales”.

Aunque ese tipo de comportamiento generalmente –se explaya el biólogo– no se presenta en nuestros gatos mascotas, estos presentan algunos comportamientos que rememoran a su vida salvaje pasada. Es decir, como la domesticación fue hace relativamente poco, todavía presentan comportamientos propios de los felinos salvajes, como acechar para cazar, arañar superficies y esa vida tan independiente y hasta altanera que se le asigna a estos michitos. Esa es una característica que lo diferencia radicalmente del perro, que es fiel y obediente, sin embargo, los gatos tienen su carácter y son muy independientes en sus andanzas. Tanto es así, que hoy día los amantes de los gatos que tienen estas mascotas se perciben como “tutores” y no como dueños de ellos.

El gato en la civilización y cultura humana

El origen de la domesticación del gato coincide con el periodo donde los seres humanos pasamos de ser cazadores recolectores a sociedades sedentarias, el desarrollo de la economía agrícola y las ciudades estado. En este sentido surge la hipótesis de que la utilidad del gato como medio de control de plagas, en especial de los ratones, fue un argumento que indujo a esta domesticación, explica José Luis Cartes.

Pero recordemos –aclara– que todas las sociedades antiguas siempre interpretaron su realidad a través de la religión, de sus mitos y leyendas. Las primeras representaciones de gatos se encontraron en la isla de Chipre, con cerca de 9.000 años de antigüedad. Quizás la sociedad que más ensalzó al gato fue la egipcia, como bien todos pueden ver en las miles de representaciones, estatuas e incluso momias que perduran hoy día. “Existen millares de momias de gato, hasta incluso algunas falsas momias que no tienen el cuerpo del gato adentro, en los restos arqueológicos de Egipto, lo que demuestra la gran afinidad de esta sociedad con ellos. Se los asociaba principalmente a la diosa Bastet, que representaba al amor, la belleza, la protección y el equilibrio. Pero también se representaba a otras deidades como gatos, como el caso de la diosa Mafdet, protectora contra envenenamientos, y la diosa Sejmet, que representaba el poder, la guerra y la venganza. A todas se representaban con cuerpo de mujer y cabeza de gato”.

La leyenda del gato negro

“Más recientemente, pero ya en Europa, también se asociaron a los gatos con creencias oscuras, la brujería y aspectos de hechicería. Esas creencias tuvieron su raíz en la cultura celta principalmente, donde tenemos al Cait Sith o Caith Sidhe que es representado por el famoso gato negro. Esta leyenda celta apuntaba a que estos gatos sobrenaturales tenían la capacidad de robar el alma a los muertos. Este acto de latrocinio sobrenatural lo podían efectuar cuando un gato se apoyaba sobre un fallecido, motivo por el cual la gente de esa cultura necesitaba hacer velorios ruidosos y festivos, para espantar a estos gatos. Sin embargo, durante las festividades del Samhain, también era creencia que podía bendecir a las casas que le dejaban un plato de leche en su puerta. Ese poder sobrenatural también le fue asignado bajo la creencia de que en realidad estos gatos eran brujas que adoptaban esa forma animal. Eso lo podían hacer hasta ocho veces, pues a la novena quedarían definitivamente bajo la forma de gato negro. Esta es una raíz de esa creencia de que el gato tiene nueve vidas”, sostiene el entrevistado.

La acusación contra los gatos tuvo un costo muy caro para la humanidad, pues el exterminio o desaparición de los gatos facilitó la proliferación de ratas que expandieron la peste negra por toda Europa. Esto hizo que el hombre de nuevo valorara a los gatos y les diera una suerte de indulto.

“Existen fundamentos antropológicos que explican el por qué los seres humanos tenemos una imagen o de admiración o de gran temor hacia los felinos. Esta hipótesis habla de cuando el ser humano comenzó a formarse, es decir, en la época de los homínidos antecesores del Homo sapiens, cuando estos eran depredados por grandes felinos. En este planteamiento, entonces se propone que el humano tiene una impronta, una imagen fijada desde lo más profundo de su inconsciente acerca de reaccionar ante estos felinos. Ciertamente que los gatos no son feroces como leones o tigres, pero, así como en el antiguo Egipto, rememora a ellos, son un reflejo de ese grupo animal tan particular. Claro que también ese carácter independiente, y hasta altanero, autosuficiente de los gatos despierta la admiración de mucha gente por un lado y el desagrado o enfado por el otro lado”, explica José Luis Cartes.

Siete vidas y festejos

La idea de que el gato tiene siete (o nueve) vidas tiene una explicación científica basada en la “agilidad y flexibilidad” de los felinos.

“Ciertas características de su anatomía le otorgan el reflejo de enderezamiento, es decir, la habilidad de caer siempre sobre sus patas y sobrevivir a caídas en las que otros animales morirían”, dice un artículo publicado por El Mundo de España.

Agrega que los gatos tienen una columna vertebral muy flexible que les permiten girar sus cuerpos de manera mucho más sencilla y fácil que otros seres vivos.

El místico ortodoxo Serafín de Sarov ya decía que había que ubicar la cama donde el gato se extiende plácidamente.

Esta semana, el 20 de febrero, se celebró el Día Internacional del Gato, conmemoración originada en los años 90 con Socks, el gato de Chelsea, la hija del expresidente norteamericano Bill Clinton, que andaba a sus anchas por la Casa Blanca y protagonizara varias campañas benéficas. Por su popularidad, el Fondo Internacional para el Bienestar de los Animales (IFAW) decidió establecer su primera celebración del año, refiere el sitio www.animanaturalis.org/blog

La segunda fecha del año dedicada a los gatos es el 8 de agosto, también establecida por la misma organización para “llamar la atención sobre los derechos de los animales y por coincidir con la época de mayor fertilidad en el hemisferio norte”. Y, por último, el 29 de octubre es la tercera celebración gatuna del año con el Día Nacional del Gato en Estados Unidos, a propuesta de Colleen Paige, especialista en comportamiento de estos felinos para generar conciencia sobre la cantidad de gatos abandonados en las ciudades.

Algunos hechos sorprendentes

· Todos los dientes de los felinos están adaptados para cortar, incluso sus muelas, porque son carnívoros exclusivos.

· Todos los gatos que caen pueden girar su torso de modo a caer sobre sus patas que amortiguan la caída.

· Sus ojos son elípticos y están adaptados a la visión diurna y nocturna. En la oscuridad sus pupilas son redondas y su retina brilla a la luz porque tiene un velo reflectivo por detrás que aumenta la capacidad de ver con mínima luz llamada tapetum lucidum.

· Francia envió el primer gato al espacio en 1963: la gata Félicette (Felicita) que regresó viva de su paseo espacial en sonda.

· El gato más viejo cumplió 38 años al morir en 2005, se llamaba Creme Puff y era de Texas.

· La primera mascota clonada fue una gata, llamada CC que significaba Copy Cat o Carbon Copy.

· La coloración de manchas negras y naranja sobre pelaje blanco o gato tricolor es casi exclusiva de las hembras porque se asocia a un gen recesivo del cromosoma X.

· El primer dibujo animado de gato fue el Gato Félix, en 1919, todavía en cine mudo en los EE.UU.

· Está científicamente comprobado que algunos maullidos de gatos imitan al llanto de un bebé para molestar más a sus tutores.

· La orina de los gatos se vuelve fluorescente a la luz negra.

· Sus bigotes son órganos sensoriales que le permiten ubicarse espacialmente y por ello no deben cortarse.

· En el antiguo Egipto, al morir un gato familiar, los miembros de dicha familia se depilaban las cejas en señal de luto.

pgomez@abc.com.py

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