Cardenal pidió perdón por abuso a niños y dijo que de la corrupción nadie se salva

CIUDAD DEL ESTE. El cardenal Adalberto Martínez presidió este martes la misa del octavo día del novenario en honor a San Blas, patrono de Ciudad del Este. En su homilía dijo que avergüenzan los abusos cometidos contra los niños y que siguen pidiendo perdón a las víctimas, que de la corrupción nadie se salva y que se debe impulsar una campaña de saneamiento moral de la nación.

Cardenal Adalberto Martínez visita CDE -1
Cardenal Adalberto Martínez, durante la celebración de la misa en la Catedral San Blas.Patricia Alvarenga

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El monseñor Guillermo Steckling, obispo de la Diócesis de Ciudad del Este, acompañado de un gran cordón humano de fieles emocionados, recibió al cardenal Adalberto Martínez en la explanada de la Catedral de Ciudad del Este, para la celebración del novenario a San Blas. La misa se ofició ante un templo repleto de feligreses.

“Laicos, miembros plenos de la Iglesia, pueblo de Dios” fue el tema desarrollado por el también arzobispo metropolitano de la Arquidiócesis de la Santísima Asunción durante la misa, con el cual se hizo eco en varios asuntos y problemáticas.

Mencionó que la vocación del laico consiste en buscar el reino de Dios y también la justicia haciéndose presente en la vida social, familiar y cotidiana de todas las actividades.

“El laico comprometido es aquel que se juega por su fe en las condiciones ordinarias de la vida, donde con su conducta y coherencia de vida da razón de su esperanza y anuncia la alegría del Evangelio”, sostuvo.

Indicó que el Señor se identifica con los más vulnerables, entre los que se destacan los niños y adolescentes y que por esa razón en ningún caso se pueden tolerar abusos. “En ese sentido la iglesia promueve la protección y el cuidado de los pequeños frente a los abusos y adopta todas las medidas que se requieren para que las instituciones y ámbitos eclesiales sean lugares, que la iglesia sea segura para nuestros niños y niñas”.

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Agregó que avergüenza a la iglesia (los abusos), por lo que “pedimos y seguimos pidiendo perdón a las víctimas que en su seno se hayan cometido y se cometan abusos contra los menores vulnerables precisamente cuando con ellos se identifica el Señor”.

Continuó diciendo que son conscientes que estos casos tienen su origen en el abuso de poder y que los cargos y funciones de una autoridad, tanto en la iglesia como en el ámbito civil, se deben ejercer como servicio y no para atropellar la dignidad de otros.

“En el ámbito civil y político significa acoger a los niños en el cuidado y la protección de las familias como núcleo fundamental de la sociedad”. También mencionó al aumento de los abusos a niños en el ambiente familiar.

Sostuvo que la iglesia y la sociedad paraguaya requieren que los laicos se sacudan para que éstos se conviertan en auténticos discípulos Jesucristo, en buenos ciudadanos y verdaderos cristianos “para ser la sal que cura el cuerpo social de la corrupción y de la impunidad que impide la realización del bien común y el logro de la patria soñada”.

En ese sentido se refirió a los católicos que caen en hechos de corrupción y que también en la misma iglesia se deberían de preguntar si se están haciendo bien las cosas. “En fin de la corrupción no se libra nadie”.

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Consideró que hoy más que nunca es urgente impulsar una campaña por el saneamiento moral de la nación. Añadió que ésta debe ser una causa nacional que involucre a actores sociales y políticos de buena voluntad, en especial a laicos comprometidos con su fe, a fin de constituir una mayoría significativa en torno a objetivos que permitan un consenso sobre un proyecto país coherente.

Este proyecto debe buscar transformar las condiciones actuales de inequidad estructural y que fortalezca la institucionalidad. “Hablando de inequidad hay mucho que hacer en el mundo de los campesinos, los indígenas, a veces los vemos muy desplazados, como descartados sociales”.

Dijo que se debe trabajar para que todos los paraguayos sean ciudadanos de primera clase y no se clasifiquen por sus necesidades. Exhortó a trabajar por una cultura de la paz y de diálogo para contrarrestar la violencia que va de contramano a la pacífica convivencia de los ciudadanos.

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