Acerca del clásico brindis de Año Nuevo: Salud, dinero y amor

Siempre queremos que el nuevo año nos traiga cambios y lo resumimos en los ideales de salud, dinero y amor, que permanecen firmes en nuestros pensamientos, si no por convicción, por tradición cultural. “La felicidad es una elección de vida; hay que mantener la ilusión, pero vivir el presente”, dice la psicóloga María Luisa Barboza Meyer

Brindis de año nuevo
¡Feliz Año Nuevo!, un brindis ancestral para evocar al amor, la buena salud y mucho dinero.

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Entre felicitaciones y choque de copas recibiremos el Año Nuevo esperando que sea el inicio de algo mejor. “Desde hace muchos años se dice ‘¡Año Nuevo, vida nueva! y todos estamos de acuerdo. Tenemos la esperanza de que el año entrante arrase y se lleve, como por arte de magia, todo lo que disgusta o molesta.

Por naturaleza buscamos un mañana mejor, nadie pediría para sí vivir con rencor, con lágrimas y mucho menos con dolor. Para salir adelante se necesitan símbolos que den sentido a la vida. El inicio de un nuevo año es una oportunidad de cambio, solo que requiere esfuerzo, constancia y convencimiento”, inicia la psicóloga María Luisa Barboza

-Resumimos la dicha en 3 deseos: Salud, dinero y amor.

Estos deseos de amor, salud y dinero están más relacionados a lo cultural, a los mandatos sociales. Si alguno falta o no fue alcanzado es sinónimo de fracaso, en cambio conseguirlos impregna un sello de éxito personal.

Amor

-Pareja: el deseo de muchos es estabilizar una relación en conflicto o en crisis

Cuando una pareja pasa inestabilidad, tiene que ver más con uno de los dos; somos un todo, lo que sucede a uno influye en el otro. Pero esto no quiere decir que necesariamente están en crisis.

Por lo tanto, lo primero es entender qué está sucediendo con uno de los dos. El que hiere tiene sus razones, hay que indagar en sus miedos, creencias de otra época, expectativas, frustraciones y a partir de ahí posibles soluciones.

-Si se quiere terminar la relación, ¿es posible hacerlo bien, con el menor daño posible?

Una relación no termina abruptamente, lleva un tiempo de enojos, desilusiones, silencios incómodos, incomprensión y se da un alejamiento sutil. Pasado un tiempo el amor muere y da lugar a la aceptación, ya no hay admiración hacia el otro, incluso llega a ser imperceptible su presencia o ausencia.

Decís “hacerlo bien”, pero en muy pocos casos las personas deciden separarse de común acuerdo, ambos están en procesos distintos, para uno quizás sea una angustia y para el otro un alivio. También hay miedo a la soledad, al abandono, al “qué dirán” (la presión social es fuerte).

Para una separación menos dolorosa, hay que abrirse al diálogo con mucho respeto. Esto no quiere decir que no habrá duelo, pesar, etc., sino que al poner en palabras se alivia la carga para poder seguir con los pasos siguientes hasta que llegue el día en que decidan separarse.

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-Los cuentos de hadas aplicados a la vida real suelen ser un fracaso, sin embargo, seguimos brindando por encontrar un amor distinto a todos los demás, especial, que nos calce.

El cuento de hadas se relaciona con épocas remotas, donde la realidad vivida por el hombre y la mujer eran diferentes. Ella vivía hacia adentro: era esposa y ama de casa, y él, hacia afuera, más expuesto al público, salía a trabajar para ganar el sustento del hogar, hacía deportes, se reunía con amigos, socializaba.

Todo esto ha cambiado. Entonces para romper con el cuento de hadas, preguntarse uno mismo sobre el amor hoy, sobre la vida que llevamos y queremos llevar, definir qué es el amor (lejos de los celos destructivos), tener claro qué significa formar una familia, tener hijos, qué implica ser pareja, cómo fijar límites, cómo hacer acuerdos, cómo manejar el dinero etc. Los príncipes y princesas solo existen en los libros de cuentos.

Salud

-¿Cómo mantenernos saludables los próximos 360 días a pesar de los problemas?

La mente tiene una directa influencia sobre nuestro sistema inmune, la mente sería el hardware y el pensamiento el software, haciendo una comparación de que tenemos que cuidar tanto el cuerpo físico como el mental.

Los problemas siempre van a existir, lo que podemos controlar es cómo interpretar lo que sucede. Desde el lugar de víctima uno quedará hasta enfermar, negativo y reacio al cambio; pero si elegimos ser protagonista, buscaremos ayuda, hablaremos e iremos solucionando antes de que el problema se convierta en una bola de nieve que termine aplastándonos.

Los pensamientos no los podemos controlar, pero sí el foco donde ponemos atención. Es importante ser preventivos y decidir si vamos a poner la fuerza de atención en los problemas o en las soluciones.

-¿Cómo afrontar responsabilidades de salud familiar, por ejemplo, los padres/abuelos ancianos, con Alzheimer?

Es un tema muy delicado por el tiempo que implica el cuidado, las renuncias, el agobio, la incertidumbre y el dolor de ver a un ser querido padeciendo y no poder hacer más para sanarlo.

Es necesario hacer rutinas que nos ahorren energías, planes diarios de medicamentos, comida, higiene, descanso y sueño, entretenimiento. La música es una gran compañía. El cuidador tiene que desarrollar la virtud de la paciencia, responder mil veces si es necesario sus preguntas, no sirve de nada decirles “acabo de responderte”.

-¿Cómo cuidar nuestra salud mental con este u otro desafío que se torna complejo e interminable?

Visualizando aquello que queremos, el cerebro es imagen y luego palabra. En lo posible, tratar de entender lo que está pasando, el cerebro necesita entender para poder atender; no buscar desesperadamente estar informados, ser muy delicados con los programas que vemos, los noticieros, las películas, acudir al especialista cuando ya probamos de todo y aún hay un vacío existencial, un desconcierto, ansiedad o depresión.

Hoy los especialistas de salud mental deben ser parte de nuestros médicos de cabecera, hay que cuidar el cerebro como cuidamos otras partes del cuerpo. Siempre digo: “No voy al psicólogo porque estoy loco, voy para no estarlo”

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Dinero

-¿Hasta dónde es importante el dinero hoy? ¿cuánto necesitamos realmente para vivir, para relacionarnos?

El concepto y valor del dinero también es cultural y, por lo tanto, aprendido, hasta hoy se escucha: el dinero es sucio, convierte en malas a las personas, el dinero da poder, enceguece; si tenés dinero te tienen envidia o consideran que el que tiene más debe regalar al que no tiene. En realidad, el tema del dinero es un tema delicado porque muchas veces, más que para vivir, se utiliza para manipular. En las parejas es incluso motivo de separación al no ponerse de acuerdo en su manejo.

Respecto a cuánto necesitamos dependerá directamente de la educación económica que cada uno puede aportar al otro, siempre manteniendo el pensamiento de que el dinero no puede tener más valor que las personas.

El dinero es una necesidad básica para vivir y cada hogar sabrá, según su estilo de vida, cuánto debe generar sin que esto implique renunciar a la vida familiar y social. No debemos perder el norte, o si no ni todo el dinero del mundo será suficiente.

-En redes se tilda de “envidioso” al que cuestiona a aquellos que de la nada han hecho fortuna.

Hay distintos pensamientos respecto al dinero. Algunos son depredadores e irán detrás de todo el dinero que puedan conseguir sin importar las cabezas que aplasten, otros no, pueden tener o no que la vida no les cambia, y luego están los que lo definen como un recurso que permite tener una calidad de vida respetable. El dinero fácil puede ser cuestionable, mientras que conseguir el dinero por mérito propio, es un aliciente, una superación personal.

-Hay gente que se declara adicta al billete, de hecho es una enfermedad, la crematomanía.

Con la era digital, hay un cambio radical en el tema del uso y abuso del dinero, esto afectará no solo conductas sino también pensamientos. El dinero en billete irá desapareciendo y pasará a ser virtual, incluso se contempla hacer desaparecer las tarjetas, todo eso provocará un nuevo fenómeno en la sociedad, puesto que no veremos en concreto lo que gastamos. Los bancos tienden a desaparecer porque ya no cumplirán la función de guardar dinero.

Nos queda aprender, informarnos, leer, planificar la vida y la sobrevivencia; más que nada preguntarnos: “Esto que quiero comprar, adquirir ¿es una necesidad o un deseo?”

La felicidad, más cerca de lo que creemos

Hoy los llamados influencers dictan qué es la felicidad para millones de simples espectadores de la vida. “Ellos muestran maravillas de un mundo mágico, donde la belleza prima y todo se reduce a mirar la pantalla. La virtualidad pasó a engañar al cerebro, ávido de dopamina, que no diferencia la realidad de la fantasía.

Hay que entender que sin procesos no hay logros. Así como plantamos una semilla, por más que le gritemos, le hablemos positivamente no germinará sino siguiendo su proceso, su ritmo.

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-Brindar por lo que tengo y no ambicionar nada más, es para muchos una mentalidad derrotista.

Se estigmatiza mucho el conformismo como algo negativo. Y está demostrado que quién corrió detrás de la zanahoria terminó agotado y con las emociones aplanadas. La felicidad no tiene que ver exclusivamente con la acumulación de dinero, sino con mantener la ilusión, vivir el presente, esto es una elección de vida que no está fuera sino dentro de nuestro ser y para compartirla con otros.

-Tenemos 3 opciones: a) Elegir el amor antes que la salud y el dinero; b) la salud antes que el amor de pareja y nos reservamos a la suerte el tener mucho dinero, y c) el dinero sobre todo, porque teniendo dinero “podés viajar, conocer el amor y curar tu enfermedad”

La palabra clave es elegir, esa es nuestra diferencia con los animales, nuestra capacidad de pensar y evaluar el impacto de “darlo todo por amor”, que es una falacia, puesto que de hacerlo quedarías vacío o hipotecarías tu vida.

La salud hasta cierto punto está bajo nuestra responsabilidad con dinero podemos aliviar, pero no podemos comprarla.

Con el dinero podés cubrir las necesidades básicas y darte ciertos lujos como vacaciones, comprarte artículos caros etc, pero se corre el riesgo de querer ponerse por sobre los demás.

-¿No deberíamos sencillamente equilibrar los 3 deseos?

En un grado alto de coherencia no existe la posibilidad de homeostasis entre estas combinaciones, en su máxima expresión, la vida es un balanceo constante que nos mantiene en movimiento.

Estos son los grandes deseos anhelados, pero no es lo mismo dinero, salud y amor a los 20 años que a los 60, ya que va variando el orden de prioridades y no alcanzar alguno de ellos nos mantiene en constante desafío y vivos, de lo contrario estaríamos muy automatizados y deshumanizados. Los tres deseos se complementan, pero no compiten entre ellos.

-Entonces, ¿cómo prepararnos para brindar con alegría y sinceridad por lo posible?

Antes que nada y primordial para todo ser humano es aprender a conectarse con sus emociones, sentirlas, definirlas, darles cabida porque tienen una función de darnos información y no desbordar ante una de ellas, por eso hoy se habla tanto de la autorregulación emocional.

Es crucial encontrar el equilibrio. No se puede todo, por lo tanto, ser conscientes de lo que sí tememos, lo que queremos y lo que podemos, eso es madurez, salud mental, paz y aprender a vivir en armonía con lo que nos toca vivir.

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