Recalentar comida sin perder sabor: claves para disfrutar platos como recién hechos

Coliflor asada, calabaza y pimientos cocidos.Shutterstock

Recalentar platos cocinados puede hacer que pierdan su sabor original, pero aplicando técnicas simples es posible conservar la frescura y la textura de cada comida al máximo.

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Elegir bien el método de recalentado

El microondas suele ser la opción más rápida para recalentar comidas, pero no siempre es lo más recomendable. Para conservar sabores y texturas originales, optá por recalentar en sartén u horno siempre que puedas.

Sartén.

El calor indirecto y gradual ayuda a mantener jugosidad y evita que los alimentos se resequen. Colocar una tapa durante el proceso también contribuye a preservar aromas y humedad.

Agregar humedad para evitar sequedad

Platos como arroces, guisos o carnes pueden perder su atractivo si se resecan al recalentarse. Una solución práctica es añadir unas cucharadas de agua, caldo o incluso aceite de oliva antes de calentar.

Guiso de carne y arroz.

Este pequeño detalle realza sabores, evita que los ingredientes se endurezcan y ayuda a recuperar la consistencia original de los alimentos.

Prestar atención a la temperatura

Evitar temperaturas muy altas resulta clave para no arruinar un plato. Al recalentar, lo ideal es hacerlo a fuego medio o bajo, permitiendo que el calor penetre de manera uniforme.

Microondas.

Así, es más fácil conservar la intensidad del sabor y la frescura de las preparaciones. Si vas a usar microondas, detené el proceso a intervalos para remover la comida y distribuir mejor el calor.

Recetas que requieren tratamientos especiales

No todos los platos soportan el recalentado de la misma manera. Pastas con salsas cremosas, frituras o pescados suelen perder calidad si no se manipulan con cuidado.

Spaguetti con salsa.

Para pastas, sumá un poco más de salsa o leche.

A las frituras, conviene calentarlas en horno en vez de microondas para que recuperen su crocantez.

Los pescados, por su delicadeza, se recalientan apenas durante un corto tiempo para no secarlos y mantener su sabor inicial.

Agregar ingredientes frescos tras el recalentado puede marcar la diferencia. Un toque de hierbas, jugo de limón o un poco de queso rallado realzan el plato y hacen que parezca recién hecho. Así, cada comida recalentada se disfruta como si fuera la primera vez.

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