La pelea política fue generada en la Junta Departamental del Alto Paraguay que decidió apartar del cargo de gobernador al colorado cartista Ricardo Duarte Filho, a quien en enero de este año los propios concejales le habían designado para reemplazar al exgobernador José Domingo Adorno (ANR) al renunciar para candidatarse a diputado.
Duarte Filho estuvo en el cargo sólo cuatro meses. Apenas finalizaron las elecciones generales del 30 de abril, con los votos de cinco concejales de los siete que componen el cuerpo legislativo, la Junta Departamental emitió dos resoluciones: mediante la primera aparta del cargo a Duarte Filho y con la segunda nombra a Cinthia Benítez como nueva gobernadora. Con esto se desató un conflicto por el poder.
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Tanto Duarte Filho como Benítez solicitaron el auxilio de la Justicia Electoral mediante la presentación de recursos de amparo; uno para permanecer en el cargo y la mujer para acceder a las funciones de gobernadora. El órgano electoral otorgó una medida cautelar por la cual la concejala pudo tomar el poder.
A partir de esta medida la batalla entre ambos concejales y sus seguidores se agravó. No se guardan adjetivos calificativos al momento de lanzar ataques mutuos a través de las redes sociales, incluyendo hechos o situaciones netamente personales, como la difusión de fotografías íntimas de una de las partes, con lo que demuestran total bajeza moral.
Al darse la medida cautelar, Benítez intentó tomar posesión del cargo en las oficinas que la Gobernación posee en Asunción. Sin embargo, esto no fue posible debido a que el defenestrado y los funcionarios de su equipo se adueñaron del local y no permitían la entrada. La situación llegó inclusive a las agresiones físicas cuando Duarte Filho le propinó una tremenda golpiza al presidente de la Junta Departamental, Edgar Benítez. Un video del hecho se viralizó en las redes sociales.
Botín político
Lejos de que estas peleas políticas ocurran por el interés de uno y otro sector por mejorar la calidad de vida de los pobladores del Alto Paraguay, uno de los departamentos mas carenciados del país, está más que demostrado que la lucha tiene por único objetivo la permanencia en el cargo, considerado un verdadero botín político.
El poco tiempo que Duarte Filho permaneció en el cargo de gobernador, sus primeras determinaciones fueron apartar de la institución a 32 funcionarios leales a José Domingo Adorno y nombrar en su reemplazo a sus adherentes.
Cinthia Benítez hizo lo mismo de forma inmediata; sacó a 42 funcionarios que fueron contratados por su antecesor y de la línea de la actual diputada Marlene Ocampos del sector cartista.
La división política y social entre los seguidores de la diputada Ocampos y del exgobernador Adorno ya es de hace años y obstaculiza cualquier intento de desarrollo al departamento.
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Ahora, faltando apenas 48 días para que finalice el periodo de gobierno 2018-2023, no se sabe cómo concluirá esta novela, ya que la Justicia Electoral no emite una resolución definitiva ante el espinoso tema. A los magistrados electorales tampoco les importa la suerte del Alto Paraguay.
Ojala que el nuevo gobernador Arturo Méndez (38), el colorado cartista que asumirá el cargo el próximo 15 de agosto tenga la inteligencia necesaria para no involucrarse en este tipo de conflictos, ya que al final los únicos perjudicados son los pobladores de la zona que necesitan que sus autoridades trabajen por el desarrollo de la región.