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Acorralado por las verdades ocultas que saltan a la luz pública, rápidamente anunció que vendió sus acciones en Ueno Holding Saeca, cuyos socios Ueno Seguros, ITTI Saeca y Grupo Vázquez aparecen como los principales beneficiarios con contratos públicos desde su gobierno.
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Pero ayer recién comunicó al BCP la venta de sus acciones cuando que las adjudicaciones a las empresas vinculadas se registraron cuando era accionista y al mismo tiempo jefe de Estado.
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Santítere, en su defensa, dijo que él tiene también derecho. En su caso le impide el Art. 237 de la Constitución Nacional, que dice clarísimo: “El Presidente de la República y el Vicepresidente no pueden ejercer cargos públicos o privados, remunerados o no, mientras duren en sus funciones. Tampoco pueden ejercer el comercio, la industria o actividad profesional alguna, debiendo dedicarse en exclusividad a sus funciones”.
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Si no había conflicto de intereses, ¿por qué entonces decidió vender sus acciones? Tardó un año y siete meses en darse cuenta que su conducta riñe con la Constitución y otras leyes.
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Obviamente no será destituido vía juicio político porque faltan votos, aunque sobran razones jurídicas. Con la senadora Kattya González la situación fue distinta: tenían votos, pero no motivos legales reales.
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Cuentan los que saben que las bases coloradas están muy molestas porque los de arriba están jugando “carnaval” con las licitaciones mientras que los de abajo solo ligan migajas. Así dicen.
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El Comando no se pronunció aún, por ahora. Están todavía en la etapa de búsqueda de candidatos para el 2028. Si el N° 2 no mide bien, chau Santítere.
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“Lucho” Zacarías Irún mantiene abierto el grifo de las turbina$ de “Ittipú” para puentear a la ley de Contrataciones Públicas. De paso, el Gobierno cartista de Santítere gana enemigos.
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Ojo que rige de vuelta en el Paraguay del “Patrão” la Ley 209, aunque el “Poncho Pytã” de hoy lo niegue.