La xenofobia y la discriminación en el discurso político no son nuevas, sin embargo, no dejan de sorprender los artilugios que los políticos de escasa capacidad retórica encuentran en ellas nuevas formas efectistas de llamar la atención.
En la campaña por la intendencia de Asunción, el candidato Óscar “Nenecho” Rodríguez (ANR) siguió esta línea discursiva en una presentación pública en la que trató de descalificar a su contendiente Eduardo Nakayama (Juntos por Asunción) por su origen japonés. “Mba’eteko peteî japonés outa ápe ñane retáme omanda gua’u”.
¿Cuál es el problema con que un paraguayo de origen japonés se candidate a un cargo electivo? ¿Acaso solo los protagonistas de reality shows y dudosa gestión política tienen derecho a tal?
El señor Rodríguez muestra su ignorancia y total falta de respeto hacia el pueblo japonés que desde 1936 se asentó en nuestro país para fundar colonias en diversos puntos de nuestro terruño y trabajar a brazo partido colaborando con el desarrollo económico.
A saber, los abuelos de Nakayama fueron fundadores de La Colmena, así como pioneros en estas colonias. Lo que se sabe de la ascendencia del señor Rodríguez es que su padre había protagonizado un entredicho durante un examen de candidatos a la Corte Suprema de Justicia, en el cual fue “cachado” supuestamente intentando copiar.
Es cierto que el hecho de que tus padres o abuelos hayan sido una cosa u otra no te hace mejor o peor persona. Sin embargo, se nota la calidad de educación que te brindaron cuando los avergonzás o enorgullecés en público.
Todos tenemos derecho a equivocarnos. Sin embargo, la xenofobia y la discriminación son inconcebibles. A la hora de votar habría que tener en cuenta estas variables porque “Mba’eteko peteî Calle 7 outa ape o monda gua’u”. Perdón “o manda gua’u ñandeve”.