¡Cuánto bien nos hizo!, con el emblemático Defensores del Chaco como escenario para el acto de inauguración de este evento multideportivo, ver a todos estos atletas, que tan bien representaron y representan a nuestro país, y que son un ejemplo para nuevas generaciones de jóvenes que siguen sus pasos, brillar junto a cientos de atletas de todos los países participantes en una noche magnífica en que el Paraguay dio una muestra de su potencial y de lo mucho que tiene para ofrecer.
Llevados a cabo por primera vez en 1978 en La Paz Bolivia, los llamados Juegos Suramericanos se realizaron a partir de entonces cada 4 años en países de Sudamérica, y gracias al intenso lobby por parte del Comité Olímpico Paraguayo y haber pasado todas las pruebas en relación a la capacidad de llevarlos a cabo, celebramos hace un par de años la excelente noticia de que la 12va. Edición se llevaría a cabo en Asunción, con todo el privilegio y los desafíos que esto significaba.
¡Qué gusto dio! Ver avanzar las obras, y oír a las autoridades del Ministerio de Deportes explicar cómo se iban cerrando las etapas relativas a las mismas, y a representantes del Comité Olímpico Paraguayo brindando detalles relacionados al desarrollo de los juegos, en la medida que la fecha de inauguración se iba acercando. Y a todos sin excepción nos pareció más que simpático el Tirika, simpático animalito elegido como mascota oficial de los Juegos.
Un placer ver la ceremonia de inauguración, en un espectáculo a la altura de las más altas expectativas, donde profesionales paraguayos de altísimo nivel supieron mostrar lo mejor de nuestra cultura a través del baile y la música, y las majestuosas arpas paraguayas demostraron una vez más que somos los campeones y recordistas mundiales en la ejecución del arpa india, tanto en calidad interpretativa como en cantidad de instrumentos tocando en el mismo lugar al mismo tiempo. Y el espectáculo avanzó con un timing perfecto, alternando música y danza, sirviendo el escenario para mostrar mucho de lo más lindo que tenemos.
También los oradores nos sorprendieron muy gratamente, pronunciando las palabras alegóricas en el tono y medida justos, al punto que resultaba agradable y muy motivador escucharlos, tan lejos de los discursos lentos, pegajosos y carentes de contenido con que somos torturados en la mayoría de los eventos y actos públicos. ¡Y la gente que concurrió! Un público más que educado, respetuoso, alentando y vitoreando a sus países, y nosotros como locales aprovechando en la medida correcta la ventaja de la localía para festejar la aparición de nuestros atletas y artistas, y el silbido del público seguido del grito “¡Paraguay!” como demostración tan auténtica nuestra se escuchó en toda Sudamérica y el Caribe.
Días después, ya habiéndose iniciado los juegos, nuevamente nos sentimos orgullosos cuando las primeras preseas ganadas por compatriotas empiezan a sumar en el medallero, y siguiendo las competencias en los sitios en que se desarrollan o bien por la televisión observamos la excelente organización, instalaciones más que adecuadas para el desarrollo de las diferentes disciplinas y a los jueces y voluntarios firmes, atentos y siempre bien dispuestos.
¡Qué bien nos hace todo esto! Qué importante es para el sentir nacional ver y sentir que las cosas se pueden hacer de manera excelente, qué orgullo poder ser anfitriones de este evento en el que se dejó a la gente indicada hacer su trabajo y nos demostraron que cuando se quiere y sin la injerencia de los que solamente molestan sí es posible realizar grandes cosas en nuestro país, qué privilegio poder vivir esto y qué bien nos hace a todos los paraguayos.