Es que la dirigencia le pidió que renuncie, que no espere a ser destituido, ya que si dimitía un concejal departamental (también de HC) lo reemplazaría hasta agosto de 2023 y asunto arreglado. Tal vez fue terco. O bien –puede ser, quién sabe– conserva un “templado espíritu republicano” y se ciñó al espíritu de la Constitución.
El artículo 165 faculta a Diputados a destituir a un gobernador y ordena, indefectiblemente, sin importar el periodo restante, a convocar a nuevas elecciones. Es que como el pueblo lo votó, es el pueblo el que tiene que elegir a su reemplazo. Si renunciaba, esto no iba a ocurrir. En este último escenario se iba a aplicar la Carta Orgánica de las gobernaciones para los casos de sustitución y un miembro de la Junta completaría el periodo.
Fuerza Republicana y Honor Colorado habían negociado. Vera Báez iba a renunciar ante la inminente destitución y el concejal Richard Peralta, cartista desde mucho antes de que el exgobernador se mude de carpa, ocuparía la silla departamental. Peralta sí fue electo por sus pares, pero como interino. Como las cosas no ocurrieron como se planearon en Asunción, en enero deberá desocupar el sillón.
Honor Colorado no quiso presentar precandidatos. Ocuparse de estas elecciones será un desgaste y representará una pérdida de recursos y energía. La oposición tampoco se presentará. Lo hizo solo el oficialismo colorado: el director de la IV Región Sanitaria, Carlos Barreto, precandidato a diputado, será probablemente gobernador por seis meses. Un médico poco ético, dicho sea de paso, ya que no renuncia al cargo y se sigue paseando en actos de Salud Pública para sacarse fotos con sus caudillos políticos, todo para tratar de cosechar votos.
Sí se presentó alguien más que nadie conoce en Villarrica. Blas Aguilar, de una facción oviedista de la ANR en Guairá, fue procesado por delitos electorales años atrás, es un precandidato de relleno.
Al menos en las internas gua’i, el 20 de noviembre, habrá dos candidatos. En las generales, fijadas para el 1 de enero (y que ahora depende del Congreso mover al 15 de enero) solo estaría un candidato único. Y con un solo voto ganaría.