Digo “fascista” porque propone abiertamente la dictadura, la abolición de nuestra Carta de Derechos, la Constitución, y su reemplazo por la solitaria voluntad mesiánica y totalitaria de Payo Cubas, que pretende gobernarnos a latigazos y decidir incluso hasta cuando deben amamantar las madres según sus propias declaraciones.
Con la excusa de combatir el fraude electoral, se está proyectando la idea de que nuestras elecciones no fueron limpias, arguyendo temas que son percepciones en el mejor de los casos. En el peor son meros disparates.
Entrevisté sobre el asunto a dos de los tres apoderados generales de la Concertación, Emilio Camacho y Christian González, quienes me confirmaron que hasta el momento en que fueron entrevistados no había indicios de fraude en el proceso electoral.
Los ministros de la Justicia Electoral y sus técnicos abrieron el proceso de juzgamiento electoral como nunca antes en nuestra Historia y el candidato Efraín Alegre me había asegurado, en entrevista realizada el domingo anterior a las elecciones que más del noventa por ciento de todas las autoridades electorales del país tenían mayoría contralora de la Concertación.
Pero Payo, el líder fascista pretendiente de la dictadura, beneficiario en este proceso que dice fraudulento del voto de unos setecientos mil compatriotas, acusó sin prueba alguna a nuestro sistema electoral de tramposo.
Este es el momento, sábado 6 de mayo, en que el movimiento fascista no produjo una sola prueba de fraude: Todo lo que están logrando mostrar son inferencias (“1. tr. Deducir algo o sacarlo como conclusión de otra cosa”) sobre que en varias mesas se habrían cargado votos de personas que no concurrieron a votar.
Esa inferencia supone acusar a los integrantes de la mayoría que la Concertación tenía en las autoridades electorales del país de ser corruptos: Unos veinte mil compatriotas o más, según los fascistas, se vendieron para cargar votos a favor de la Asociación Nacional Republicana (ANR) que, sin embargo, no tuvo más votos que su promedio histórico.
Si la ANR compró a más de veinte mil concertacionistas para cargar los votos, ¿por qué cargó tan pocos votos? ¿Por qué permitió que los resultados electorales dejen ver que más del sesenta por ciento de los electores no votó a la ANR?
Nuestro proceso electoral está bien reglado por la ley. Los pasos de control tienen un cronograma que ahora los fascistas piden que se vulnere, con la asombrosa y patética complicidad de Efraín Alegre, basados en aquella mera inferencia sin soporte documental.
La idea detrás de este cuestionamiento es deslegitimar el proceso, deslegitimar nuestras instituciones democráticas y republicanas y sumir a nuestro país en el caos que les permita a los fascistas llegar al poder para oprimirnos.