En este día del niño, no regales un celular a tus hijos

De acuerdo al calendario escolar del MEC en el año 2023, se contemplan 186 días de clases. Haciendo un cálculo básico, estipulando 5 horas de clases por día, los alumnos tendrán en 2023:

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Una de las cosas más afortunadas que te pueden suceder en la vida es tener una infancia feliz. Agatha Christie

186 días x 5 horas= 930 horas de clase.

Si traspolamos este análisis al tiempo que los niños le dedican al celular, vamos a tener una desagradable sorpresa, no solamente por la edad a la que los niños acceden a estos dispositivos, sino por el tiempo que pasan en los mismos.

Citando fuentes como el INE (Instituto Nacional de Estadísticas), cuya recolección de datos TIC necesita una fuerte orientación hacia la salud digital, el Digital 2023 Global Overview Report que, en un exquisito informe de más de 400 páginas, refleja no solo tiempos de uso, sino edades aproximadas así como contenido y los análisis exploratorios de nuestros talleres en más de 200 colegios de todo el país, nos encontramos con estas brutales cifras paraguayas:

  • Con solo dos años de edad, que es la edad a la cual los padres le dan un celular como entretenimiento, distracción o “silenciador” a sus hijos, el uso medio se sitúa en torno a las tres horas, y este uso va en aumento a medida que los niños crecen o se agrupan en jardines, guarderías y escuelas.
  • Entre los seis a los doce años, la media de uso se acerca a las seis horas, con el agregado de la calidad de contenido que están consumiendo, entre los que se destaca: pornografía, violencia digital, hentai, compra y venta (sí, leyó bien), de diamantes y pases de batalla para obtener mejor performance en los juegos, y mucha interacción mediante BeReal y Omegle, cuyo slogan es “Talk to strangers” (Habla con extraños). Llegados a este punto, ¿saben Uds. queridos padres y tutores qué son esas aplicaciones, BeReal y Omegle, y qué hacen? Bueno, sus hijos sí lo saben.
  • Entre los 13 y los 17 años, en la adolescencia, la cifra se dispara entre ocho y diez horas, muchas de las cuales discurren a la madrugada mientras los padres duermen, lo que explica la epidemia de trastorno de sueño producida por “Vamping” que tenemos en el Paraguay. Hay docentes que nos han mostrado a niños durmiendo sobre sus pupitres, y al revisar sus posteos uno se da cuenta que pasaron la noche en vela.

¿Qué números nos deja esto?

En el primer caso, tres horas al día, durante todo el año, porque aquí no hay un calendario ministerial:

3 horas x 360 días (suponemos que descansaron 5 días al año del celular) = 1.080 horas

En el segundo caso, 6 horas:

6 horas x 360 días = 2.160 horas

Y el tercer caso, tomemos 8 horas para no pecar de dramáticos:

8 horas x 360 días= 2.880 horas

Podemos ajustar el análisis, horas más, horas menos, días más, días menos, pero estamos en un punto donde nuestros niños pasan más tiempo frente al celular que en clases, y todavía en algunos colegios se ven obligados a llevar el celular como si fuera una herramienta académica.

Los resultados de esta sobreexposición a las pantallas, no solamente el Smartphone, están a la vista, desde problemas de conducta, aprendizaje, violencia entre pares, hasta una ola de depresión que inunda los consultorios de psicólogos y psiquiatras cuyos reportes, los últimos 4 años, han tenido como protagonista a la relación entre sus pacientes y sus celulares.

En nuestra época a lo mejor nos frustrábamos un poco cuando, los dos que “sabían jugar”, se turnaban para elegir a los miembros de su equipo y veíamos que la varita no nos tocaba, pero hasta ahí, nadie cargaba con eso por mucho tiempo. Hoy, en sendos grupos de WhatsApp o Discord (¿saben lo que es Discord, Sres. padres?), donde los niños están solos, hemos asistido a situaciones de profundo dolor, llanto descontrolado, rabietas y expresiones de suicidio solo porque las “excluidos” fueron expulsados de un grupo, porque no los hicieron administradores, porque no los invitaron, o porque se enteraron de la existencia de agrupaciones similares donde se habla mal de ellos. La cantidad de likes que recibe uno u otro, las menciones en historias, hilos o reels, todo sirve para sentirse un desterrado digital y pasar horas buscando la forma de sobresalir.

He aquí la principal diferencia entre las aplicaciones de este siglo y cualquier otra del siglo pasado, que la interconectividad pone en línea a dos extremos y ninguno de los dos sabe cuáles son las intenciones del otro.

Pedófilos que se hacen pasar por niños en los juegos, en los mensajeros, o haciendo que los niños trabajen para ellos. Hemos visto de todo en nuestro país. El sentido de pertenencia es más fuerte que la educación y el amor recibidos en la casa y muy pronto los niños pertenecen al mundo escondido en sus celulares.

“No acepten caramelos de extraños”, nos decían allá por los años 1980, y esa advertencia está hoy más vigente que nunca. El acceso sin acompañamiento a Internet pone en manos de los niños toneladas de caramelos cuyas cajas son sostenidas por manipuladores. Hoy los caramelos se llaman “diamantes para FreeFire” y “pases de batalla para Fortnite”, y enloquecen a los niños. Basta con que vayan a sus redes, prueben con Facebook, y escriban tal como lo puse antes en el entrecomillado y se van a asustar con la cantidad de personas, desconocidas, que están cebando el anzuelo con estas mejoras, como aquellos caramelos del siglo XX. Por supuesto que se da en los colegios, y ante la complicidad de padres que no revisan el celular de sus hijos, donde hay alumnos que lucran incesantemente con este negocio. Claro que cada tanto, en los enlaces que venden para estas compras, se cuela algún Malware, que termina infectando los dispositivos o instalando Software espía en el celular de otros niños, pero eso es otra historia.

Pero, olvidemos los juegos por un momento, y sigamos con las Apps que más instalan nuestros chicos en Paraguay.

Omegle, ¿recuerdan? Es uno de los sitios de chat de vídeo más populares disponibles en línea y de los que más presencia tiene en los colegios paraguayos. Empareja usuarios aleatorios identificados como ‘Tú’ y ‘Desconocido’ para chatear en línea a través de ‘Texto’, ‘Video’ o ambos.

BeReal, es la clásica App social para compartir fotos, pero con una variante que enloquece a los adolescentes: cada día a una hora aleatoria, la plataforma muestra una notificación para que entre amigos hagan una foto de lo que están haciendo y la suban a sus respectivas cronologías. Para ello se activan tanto la cámara delantera como la trasera, lo que significa que, además de hacer una foto de lo que están haciendo, también hacen una selfie del momento.

¿Se dan cuenta? Estas Apps tratan a los niños como adultos y están desarrolladas para que la privacidad sea una utopía. Esto es lo que hace que nuestros chicos estén tantas horas al celular, pendientes de lo que va a pasar en su vida digital y muchas veces viviendo una vida física totalmente diferente, y esto, queridos lectores, no pasaba con otros “juguetes”.

No regalen celulares por el día del niño, esas dos palabras, celulares y niños, no deben estar juntas en el mismo espacio y tiempo. Dejen que sus hijos creen, improvisen, se ensucien, jueguen con una mascota, hagan deportes, aprendan música. Vean Uds. mismos que, cuando regalan un Smartphone como juguete, los que corren el riesgo de convertirse en un juego de adultos, son sus hijos.

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