Según lo publicado por nuestro grupo desde que alguien en posesión de los expedientes filtró los mismos al diario “El Tiempo” de Bogotá, el 4 de junio de 2022, Correa declaró que: “Ramón y… Andrés… me hacían referencia al chino. Sé que es ciudadano chino, o asiático, ellos me lo referían como intermediario entre un narcotraficante de nacionalidad paraguaya y otro al que le decían el presidente. Creo que es expresidente de Paraguay, con los hermanos Ramón Emilio y Andrés Pérez Hoyos”.
En dicho interrogatorio, prosigue nuestra reproducción de lo de “El Tiempo”, el fiscal le repreguntó a Correa sobre la identidad del expresidente paraguayo: “También me dijo (Ramón Pérez Hoyos) que lo que pasaba era que ese fiscal (Pecci) se había metido con el patrón de Ramón, que es un narcotraficante paraguayo. Pero no sé quién es. También me dijo que el fiscal Pecci le había metido un hermano en la cárcel por cuatro años… Ramón también me insistía mucho que el fiscal Pecci estaba investigando a un expresidente de Paraguay”. El fiscal insistió: “…qué información tiene de la persona que usted refiere como expresidente de Paraguay, presunto determinador del homicidio del fiscal Marcelo Pecci? Y Correa Galeano contestó: ‘Solo sé que Ramón y Andrés pedían fotos para mandársela al patrón de ellos que es un narco paraguayo y a un amigo de ese narco que es expresidente de Paraguay al que el doctor Pecci lo estaba investigando, eso era lo que ellos decían´”.
En su declaración del viernes, Correa Galeano ya se había enterado de que el narco paraguayo era uno de los hermanos Insfrán y que el expresidente paraguayo era Horacio Cartes, al contrario de la que realizó en junio de 2022, en la que no lo sabía, planteando un asunto clave: Quien le proporcionó a Correa Galeano la identidad de Cartes e Insfrán es la pieza clave para esclarecer el asesinato de Pecci.
Sea quien sea esta persona, está claro que obliga a nuestro Ministerio Público a abrir una investigación pues el dato establece la autoría moral del asesinato en nuestro país y es necesario despejar las dudas que, reitero, convierten ahora a esta investigación en un escándalo político de proporciones épicas.
Si no abre la investigación, nuestro Ministerio Público será parte del problema y no de la solución pues la situación política moverá a mucha gente a acusarlo de encubrimiento, que es lo peor que nos puede pasar.