La inflación que causa estragos en el Congreso

En su acepción de “retribución fijada para los miembros de las cámaras legislativas”, la dieta le debe ser reforzada al Congreso Nacional, que, según el jefe de Estado, sufre por la inflación. Además, el esfuerzo que hacen sus honorables miembros en lo intelectual, cultural, conceptual, filosófico, psicológico, lingüístico, es colosal. Un desgaste despiadado que felizmente el presidente Peña notó con sentido de humanidad.

audima

“Nos parece que después de diez años los parlamentarios se merecían un pequeño ajuste (5 millones, nada pequeño), ya que en todo ese tiempo la inflación hizo que disminuyeran esos ingresos”, adujo el Ejecutivo. La inflación que hizo estragos en ambas cámaras se nota en el abdomen de varios sacrificados “legisladores”.

“Creo que es una estrategia de Santiago Peña para que las personas sean bien remuneradas, y eso (las) hace menos vulnerable (s) ante la corrupción”, dijo el titular de Diputados, Raúl Latorre. Pareciera una sutil confesión: “somos corruptos, pero con cinco milloncitos más, ya no lo seremos”. Aquí está la anhelada estrategia contra la corrupción: repartir plata del Estado a todos para contrarrestar la tentación. Solo olvida el señor Latorre que repartir plata del Estado es lo que hacen, justamente, los corruptos, sin necesidad de que se les aumente o se les disminuya dieta alguna. Está en su naturaleza.

“Prefiero un presidente, ministro o legislador bien pagado a uno que cometa tráfico de influencias o conflicto de intereses”, sentenció el senador Bachi Núñez, quien aprovechó para tirotearle a Mario Abdo, con quien tiene una fijación patológica. También aquí se puede colegir una grácil confesión: “Yo no me percibo bien pagado, y por ello armé el fato de las tierras del Ministerio de Defensa”. Si Celeste Amarilla y Yolanda Paredes no le hubieran escupido el asado, Bachi no habría necesitado esos miserables cinco millones, quizá.

“No tenemos para gastos de combustibles y es una carga enorme para los parlamentarios que vienen del interior”, adujo el senador Tony Barrios, único exministro de Salud que defendió insólitamente el tabaquismo. El tema no es que la falta de combustible pagado por el pueblo sea una carga para parlamentarios del interior. El problema es que esos parlamentarios son una carga para el pueblo, pues solo son comparsa de un rey momo que les transmite órdenes y jamás se acuerdan del pueblo.

Ante todas estas justificaciones de personajes del movimiento HC, que no se caracterizan precisamente por trabajar por su honor, surge la desgarradora voz de la doctora Nancy Garay, jefa de Cardiología del hospital Acosta Ñu: “(el aumento) Es una agresión al pueblo paraguayo, porque en estos momentos no se pueden priorizar necesidades mezquinas y egoístas de personas que ya están teniendo un buen pasar económico”.

Sería bueno que el presidente Peña pegara una vueltita por ciertos hospitales públicos para que vea los estragos verdaderos que ocasiona la inflación.

En el Congreso, antro de sexo, narco y rocambole, la mayor inflación es la de la ignorancia, la vulgaridad y la desfachatez.

nerifarina@gmail.com

Lo
más leído
del día