Hacia una Constitución cartista

Hay una fórmula para que el cartismo cumpla la Constitución Nacional: que redacte, sancione y promulgue una Constitución a su medida. Ahora es el momento de hacerlo; ahora que todas las instituciones están subordinadas a Honor Colorado que no es un movimiento del Partido, sino el Partido mismo.

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Ya comenzó la marcha hacia una Convención Nacional Constituyente. El anuncio es todavía débil, tímido, escondido entre las noticias, pero pronto crecerá imparable y ruidoso. El diluvio comienza con algunas gotas; las tormentas, con vientos suaves.

Pronto escucharemos que la Constitución Nacional ya es vieja, que se debe actualizarla, ponerla a la altura de los tiempos. Esta idea, que se repetirá sin descanso, será el punto de partida de una nueva Carta Magna.

El cartismo tendrá mayoría en la Convención como hoy la tiene en el Congreso. En la elección de convencionales participarán, democráticamente, oficialistas y opositores. A Honor Colorado no le importará cuántos opositores ganen en las urnas porque pronto pasarán al oficialismo según la experiencia de los últimos comicios generales. Ahora mismo, el cartismo está haciendo un buen negocio con la compra de parlamentarios “opositores” a precio de remate. El escritor uruguayo, Eduardo Galeano, escribió que el poder es como el violín: se toma con la izquierda y se ejecuta con la derecha.

Con una mayoría holgada en la Convención, se aprobará el proyecto presentado por la Junta de Gobierno; un proyecto pensado en la imagen y semejanza de Horacio Cartes. Y estará bien que así sea. Ya no escucharemos plagueos acerca de que el cartismo viola sin misericordia la Constitución Nacional. Todo será “la Constitución manda”; “la Constitución establece”, etc.

El cartismo ya no acudirá a la enmienda, de infeliz memoria, sino a la reforma. Se reformará a partir de la Constitución vigente y será más o menos así:

Art. 31. “Los medios de comunicación dependientes del Estado garantizan el acceso democrático y pluralista a los mismos de todos los sectores sociales y políticos”. Se entiende estos sectores los conformados por el cartismo.

Art. 33: “La intimidad personal y familiar, así como el respeto a la vida privada, son inviolables”, con excepción de la de los opositores.

Art. 56: “Se promoverán las condiciones para la activa participación de la juventud en el desarrollo político, social, económico y cultural del país “. Se entiende por juventud aquella adherida a Honor Colorado.

Art. 71: “El Estado reprimirá la producción y tráfico ilícitos de las sustancias estupefacientes y demás drogas peligrosas”. Quedan exceptuados los ciudadanos probadamente cartistas.

Art. 73: “La erradicación del analfabetismo es objetivo permanente del sistema educativo”. Se exceptúa a diputados, senadores, gobernadores, intendentes municipales.

Art. 95: “Los recursos financieros de los seguros sociales no serán desviados de sus fines específicos” salvo que el gobierno los necesite para abonar sus deudas y tener contentos a los amigos.

Art. 101: “Los funcionarios y los empleados públicos están al servicio del país”. Y el país está para servir al cartismo.

Art. 107: “Toda persona tiene derecho a dedicarse a la actividad económica lícita de su preferencia”. Se incluye el contrabando.

Art. 201: “Los senadores y diputados no estarán sujetos a mandatos imperativos”, salvo los que vinieren de la Junta de Gobierno del Partido Colorado.

Art. 229: El presidente de la República y el Vicepresidente durarán cinco años en el ejercicio de sus funciones. A “pedido del pueblo” podrán ser reelegidos indefinidamente.

Con estas y otras reformas –que iré publicando- ya no habrá posibilidad de que el cartismo viole la Constitución Nacional.

alcibiades@abc.com.py

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