Atención educativa mediocre

En los últimos días, el senador Silvio “Beto” Ovelar dio una de las declaraciones más denigrantes y discriminativas sobre la educación del interior del país. Trató de mediocres a los estudiantes y educadores del interior y puso como ejemplo una las localidades más laboriosas y sacrificadas del departamento de Caaguazú y del país, que es el distrito de Tembiaporâ. Pero la realidad educativa del interior del país no es mediocre, sino la atención y asistencia del Gobierno es la más mediocre de Sudamérica.

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Estudiar en el interior del país es sinónimo de sacrificio, perseverancia y mucha fuerza de voluntad para poder llegar a los objetivos. En las zonas urbes de tierra adentro, las escuelas y colegios públicos se caen a pedazos, los docentes no cuentan con los utensilios necesarios para brindar el proceso de enseñanza-aprendizaje de la cual tanto hablan desde el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) y en las zonas rurales los estudiantes deben dejar las azadas en las chacras, vestir un pantalón y camisa ya desgastada y con zapatillas o zapatos con agujeros deben caminar varios kilómetros bajo el intenso sol o frío para poder capacitarse y ser alguien en la vida.

Dentro de estas carencias se presenta el distrito de Tembiaporâ, que está rodeado y aislado por el imponente lago Yguazú, pero pese a las adversidades es considerada “La capital de la Banana” y es sinónimo de trabajo, sacrificio y éxito.

Todo esto se debe al vergonzoso abandono que hace el Gobierno a la educación pública administrada por personas como el senador Silvio “Beto” Ovelar, que tiene la potestad de asignar los presupuestos necesarios para tener una educación más eficiente del país, pero se preocupan más en acomodar a familias con jugosos salarios y dejar de lado la realidad de todos los paraguayos.

Es bien sabido que la recomendación de inversión en educación es del 7% del Producto Interno Bruto (PIB), de cada país, sin embargo, el Paraguay solo está en un promedio del 3,8% de inversión de sus recursos en educación.

El senador Ovelar, y sus correligionarios, deben dejar de creerse los “superpoderosos e intocables” y evitar mostrar la ignorancia que los envuelve en sus funciones. Tienen la responsabilidad de saber dónde está la confianza que fue depositada en ellos y facilitar los mecanismos para mejorar las condiciones de vida de todos los jóvenes y educadores del país.

victor.barrera@abc.com.py

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