“Hay muchos correligionarios que creen que los cargos que tienen son porque son ‘guapitos’, que tienen la pared llena de títulos, está lleno de gente con títulos, pero los que llegan a los cargos llegan gracias al Partido Colorado y esto es lo que vamos a votar el 30 de abril”, dijo Peña durante la campaña presidencial.
Estas expresiones de Peña, lejos de ser retórica electoral, en estos ocho meses de gobierno se concretaron con la aparición de varios hijos, hermanos, parejas y todo tipo de parientes de políticos que conforman su equipo en cargos del Estado.
Además, con la Ley Hambre cero, que eliminó las garantías de los fondos del Arancel cero y otros programas sociales, se evidenció la línea política del Gobierno de Santiago Peña de precarizar aún más el derecho de la educación, la investigación y las ciencias, vulnerando el blindaje con el que contaban los programas.
A esto, se suma uno de los casos más recientes de los nepobabys, el de Magida Esgaib, hija del diputado Yamil Esgaib, este último que trató de akãne y tavy kaka (ignorantes) a quienes reclamaban reblindar los fondos de los programas desfinanciados con la eliminación del Fonacide.
Además de conocerse que Magida gana más de G. 20 millones como funcionaria del Ministerio de Relaciones Exteriores, sin título universitario, apenas habiendo terminado el colegio, también se supo que la misma no logró ingresar a la Facultad de Ingeniaría de la UNA, debido a que obtuvo uno de los puntajes más bajos en el primer examen de ingreso.
Esto exhibió que el gobierno ignora por completo a quienes se forman y trabajan, prioriza a los clanes familiares anclados a las arcas del Estado, y copan con “akãnes” y “tavy kaka” los cargos públicos, para sostener el privilegio de los correligionarios integrantes del cartismo, despreciando por completo la formación, la educación, el esfuerzo, el trabajo, atropellando los derechos de todos los paraguayos.