El Colegio Ysaty recibirá a 1000 estudiantes el próximo lunes, y la institución se encuentra con falta de infraestructura, lo que representa un peligro para los docentes y estudiantes.
Estudiantes que cierran un ciclo escolar y los de comunidades rurales e indígenas, retornaron ayer a las aulas. Sin embargo algunos alumnos, como los del colegio Ysaty, se encontraron con infraestructura que urge mantenimiento, ya que hasta las tejas están caídas.
Una madre de familia denunció que no pudo inscribir a su hijo en el Colegio Ysaty, al no tener los 200 mil guaraníes que exige la cooperadora escolar para poder inscribirle.
A pesar de que el 2 de marzo está previsto el inicio del año lectivo para instituciones públicas, desde el Colegio Ysaty denuncian que no tienen condiciones para empezar, por problemas en la estructura edilicia de la institución, como por falta de recursos para ejecutar eficazmente el protocolo sanitario.
Aún conociéndose sus urgentes necesidades, decenas de escuelas rurales y urbanas a donde acuden niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad, no recibieron ninguna atención del Estado durante todo el 2020. A 30 días del inicio de las clases semipresenciales, hay techos y sanitarios rotos, faltan sillas, no hay agua, entre otras múltiples urgencias.
La directora del Colegio Ysaty, María Amada Apuril, al enterarse de la toma de la institución en la madrugada de ayer trató de romper el candado y acusó a los alumnos de drogadictos. Estos denunciaron el amedrentamiento y ella pidió intervención de la Fiscalía.