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La conocida como “ciudad universitaria” por albergar el campus de la Universidad Nacional de Asunción, y que tiene más de 450.000 habitantes, se erige como la tercera ciudad más poblada del país, después de Asunción y de Ciudad del Este. El distrito lamentablemente es un gran basurero, donde hay desechos de toda clase por donde se mire.
La situación no se debe solo a un mal servicio de la encargada de la recolección de residuos, Ecoresa SA, cuyo representante legal es Darío Rojas. La firma tiene 32.000 usuarios, de los cuales casi 16.000 son morosos. La tarifa por la prestación es diferenciada (ver infografía).
Existen 20.000 viviendas que no tienen el servicio, atendiendo a que el distrito cuenta con cerca de 50.000 casas y la firma recolectora registra 32.000 para la prestación. Los residentes de los poco más de 10 asentamientos populares del municipio –tierras ocupadas por sintechos– son algunos de los que se muestran renuentes a abonar y tener el servicio.
Muchos de esos supuestos sintecho son quienes arrojan sus desechos a los baldíos, arroyos y a los costados de los caminos vecinales. Generan una pésima imagen de la ciudad y contribuyen con la proliferación de potenciales criaderos de vectores, como los mosquitos que transmiten el dengue y alimañas de todo tipo.
Durante la gestión del entonces intendente Germán Villalba, hace más de diez años, tras brotes de epidemias de enfermedades transmitidas por mosquitos, se propuso poner una placa identificatoria a los carritos tirados a caballo para que los vecinos los denuncien en caso de que realizaran vertido ilegal de desechos.
La idea no prosperó. Hoy día, ante la total indiferencia de la Municipalidad, administrada por Albino Ferrer (ANR), cada rincón de San Lorenzo es convertido en mini vertedero de basura.
antonia@abc.com.py