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Factores psicológicos
En las últimas décadas ha surgido un interés creciente por conocer hasta qué punto determinados estados emocionales, en combinación con los factores biológicos y ambientales, pueden contribuir a la etiología y progresión del cáncer.
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“Algunos factores psicológicos como la depresión, la ansiedad o el rencor se han identificado como experiencias estresantes y cuando adquieren un carácter crónico son capaces de influir en el cuerpo y en la posibilidad de defenderse de enfermedades”, explica la psicóloga Juana Gauto Rojas.
Señala la profesional que “El estrés es una respuesta básica del organismo ante cualquier amenaza. Puede clasificarse como positivo (eutrés), en el cual la persona que lo experimenta logra diversas formas de afrontar sus problemas; en cambio el estrés negativo (distrés) hace que a la persona se le dificulte resolver los inconvenientes que vive día a día”.
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“El impacto del estrés afecta al sistema nervioso central y el sistema inmune causando diferentes reacciones psíquicas y físicas. Pero es la capacidad de afrontamiento del sujeto a las situaciones estresantes lo que marca la diferencia en la duración de la respuesta más que la intensidad de estresor” manifiesta la psicóloga.
Prevenir desde la psicología
Según comenta la profesional se han estudiado las relaciones sociales afectivas, experiencias traumáticas, depresión, estados emocionales negativos y otras variables estructurales como el temperamento, carácter y rasgos de la personalidad. “La presencia de altos niveles de estos factores emocionales produce un descenso de las defensas del organismo, así como modificaciones en el comportamiento de las funciones endocrinas y fisiológicas, las que pueden facilitar la aparición de formaciones cancerígenas”.
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Juana Gauto Rojas manifiesta que en relación específicamente al cáncer de mamas, se debe educar a la población para buscar ayuda psicológica ante ciertas señales que pudieran marcar un problema psicosomático. Aquí el papel del médico es fundamental para realizar las derivaciones necesarias al profesional psicólogo cuando la situación amerite.
Está demostrado, que las personas que están en un estado de depresión, ansiedad, estrés constantes, que ven todo negro, tienen más problemas que aquella persona que tiene una vida sana, feliz, que encara la vida de otra forma.
“Pero hay estudios que dicen de que cuando las personas tienen una vida feliz, alegre y encara de forma positiva, son las que menos se enferman y mejor se recuperan una vez instalada la enfermedad”.
“Como conclusión, acudir a terapia psicológica para gestionar mejor nuestros problemas, es también una forma de prevenir el cáncer de mama”, recalca.