El Dicasterio de la Doctrina de la Fe del Vaticano concluyó que la Virgen María no puede ser considerada “corredentora” y no puede compartir con Jesús la potestad de salvar a la humanidad del pecado, por lo que no se proclamará un nuevo dogma, lo que puso fin a una larga disputa entre los teólogos.
Esta noticia que llegaba del Vaticano cayó como una bomba entre la feligresía mariana del mundo. Y no es para menos. En la religiosidad popular, y sobre todo en Paraguay, los creyentes también quedaron confundidos. Significaba replantear una creencia que para el entendido era clara la misión de María. Pero para la gente sencilla, acudir a María es para recibir una gracia, propia de su Hijo. Equivocadamente, se difundía la expresión de la “virgen de los milagros de Caacupé”, pero cómo la fe es creer, si sus seguidores testimonian una gracia, nunca se les va a sacar de la mente, que fue proveída por la Virgen, aunque endiosarla significaría panteísmo y en menor grado mariolatría.
De la que no hay dudas es que la Virgen es una poderosa mediadora para el creyente. Fue fundamental en el primer milagro de Jesús, quien a insistencia de su madre convirtió el agua en vino en la boda de Caná, según los relatos bíblicos.
Hoy es un día especial para los devotos de María. Caacupé, una vez más, será el punto de convergencia de miles de sus devotos, aunque muchos ya se arroparon bajo su protección durante el novenario. Estos creyentes ya se encuentran en la Villa Serrana para celebrar la fiesta de la Inmaculada Concepción, en su advocación de la Virgen de Caacupé. Como todos los años, el Paraguay estará atento al mensaje de la Iglesia sobre la situación que atraviesa el país.
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A lo largo del novenario, los celebrantes hicieron hincapié a los males que atormentan a los paraguayos. Pintaron un negro panorama de incontrolable corrupción, de la narcopolítica que ya es una realidad en las instituciones del Estado. También pusieron énfasis en las carencias en materia de salud.
Los testimonios que dieron a conocer los obispos interpelan la realidad.
El sábado 29 de diciembre, por ejemplo, los jóvenes protagonizaron una multitudinaria peregrinación y no escatimaron palabras para calificar de corrupto al Gobierno actual. Denunciaron los sobres de la corrupción, la falta de oportunidades, cuestionaron los nepobabies, la violencia y la indiferencia de las autoridades.
La fiesta de la Virgen de Caacupé es el gran acontecimiento religioso en Paraguay. ¿Quién alguna vez no estuvo por la Villa Serrana? Aquí hoy estarán ante la Virgen compatriotas de todos los estratos sociales, menos el presidente Santiago Peña, que prefirió viajar al exterior. En muchos de esos países también estarán reunidos en los templos para estar en comunión con quienes orarán en Caacupé. Es tradicional esta fiesta en Argentina, Brasil, Estados Unidos, España, Taiwán, entre otros.
Fiesta de la Virgen es dogma de fe
La fiesta de la Inmaculada Concepción se estableció el 8 de diciembre de 1854, cuando el sumo pontífice Pío IX, después de recibir numerosas peticiones de los obispos y fieles de todo el mundo, se reunió en la Basílica de San Pedro, en Roma, y proclamó la fiesta de la Inmaculada Concepción.
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Había más de 200 prelados, cardenales, arzobispos, obispos, embajadores y miles de fieles católicos, y en medio de la emoción general estableció solemnemente:
“Declaramos que la doctrina que dice que María fue concebida sin pecado original es doctrina revelada por Dios y que a todos obliga a creerla como dogma de fe”.
En Paraguay la fiesta de la Virgen de Caacupé es la celebración litúrgica más importante. Es la que más fieles convoca porque sus devotos creen en su poderosa intercesión para alcanzar la gracia de Dios.
Leyenda
Cuenta la leyenda que, hacia el año 1600, un indígena cristiano evangelizado por los franciscanos había ido hacia las selvas del Valle Ytú, para la búsqueda de alimentos y madera, y ante la amenaza de sus enemigos, se escondió tras un árbol y se salvó. En agradecimiento, de su tronco, talló una imagen de la Virgen.
Orígenes de Caacupé
Hacia 1765 la zona ya era conocida como “Valle de Caacupé” (Valle ubicado detrás del monte). Más tarde, el gobernador Carlos Morphi, caballero irlandés al servicio de la Corona española, estableció que el Valle de Caacupé fuera un centro religioso y lugar de peregrinaciones.
No hay registros oficiales porque documentos que así lo refieren se perdieron durante la Guerra de la Triple Alianza. Sin embargo, se tomó como fecha fundacional el 4 de abril de 1770. El 4 de abril es la fecha inscrita en una viga del antiguo templo de la Virgen de los Milagros.
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Otros actos
De acuerdo al programa, a las 5:30 comenzará la animación musical, luego a las 5:50 habrá una pequeña procesión por la plazoleta de la Basílica y seguidamente la misa, a las 6:00. El acto será presidido por Mons. Ricardo Valenzuela. El pastor reflexionará sobre el tema: La Virgen María (y santa) testigo/s de la Salvación.
Los eventos que opacaron la fe
En 1899 por la peste bubónica. La peste hizo su aparición en Asunción del Paraguay, el día 28 de abril de 1899, introducida por el vapor argentino “Centauro” que trajo a bordo tres enfermos de su tripulación, contagiados con un cargamento de sacos de arroz de la India. Dejó 300 muertos.
En 1911 por la inestabilidad que había en el país a raíz de la revuelta de Albino Jara.
En 1918 por la gripe española. En su historia, Paraguay experimentó varias epidemias. La última de consideración, en la que se aplicó una especie de cuarentena, fue la de la gripe española, en 1918.
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En 1922 por la revolución de Adolfo Chirife.
En 1969 por protesta contra Stroessner. Mons. Ismael Rolón dispuso la suspensión de la procesión a la que asistía Stroessner en protesta por la represión a estudiantes, campesinos y expulsión de sacerdotes.
En 2020, la misa fue a puertas cerradas por la pandemia de coronavirus. La plaza de la Basílica estuvo vacía y la celebración llegó a través de los medios de comunicación, que así permitieron conectarse con la fe en la Virgen de Caacupé.
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