A poco de cumplirse dos meses de su victoria en las elecciones generales, la conformación de su gabinete comienza a enviarnos señales. Indicadores que evidencian que a Peña le agrada o le “recomiendan” personas que no tienen muy positivos antecedentes.
Claro está que no todos los elegidos son del pasado de la historia paraguaya, pero la mayoría fue “reciclada” y otros por ser de “confianza” del cartismo, hoy ya están listos para el futuro gobierno. Extraigamos a los considerados del pasado, para demostrar que se pretende estar mejor con personas que fueron en algún momento autoridades y no hicieron tan bien sus trabajos en la función pública.
Enrique Riera. Exintendente de Asunción cuando se produjo la tragedia del supermercado Ykua Bolaños. También senador, que en el actual periodo legislativo se trenzó a golpes con el hoy preso Paraguayo Cubas, en plena sala de sesiones. Logró el rekutú, pero ahora lo colocan en un puesto muy delicado en el cual históricamente en los últimos gobiernos, los hombres no permanecen mucho tiempo, que es el de ministro del Interior.
Claudia Centurión, exmiembro del equipo que estuvo dentro del Ministerio de Obras Públicas durante el gobierno cartista y según publicaciones de ABC Color entre los cargos desempeñados figura el de Directora de Proyectos Estratégicos del MOPC donde fue criticada junto al exministro Ramón Jiménez Gaona, imputado por el fallido metrobus. Además está ligada a una de las empresas que tiene directa conexión con el cartismo que es Jiménez Gaona y Lima.
Carlos Fernández Valdovinos. Hombre clave para Peña. Fue titular del Banco Central del Paraguay (BCP), en la era Cartes. Luego cumpliendo el rol de “puertas giratorias”, estuvo como presidente en el Banco BASA del grupo Cartes. Ahora aparece como ministro de Hacienda.
Estos son los cuestionados nombres hasta ahora elegidos por el presidente electo Santi Peña para su gabinete. Como se ve, todos con un legajo no muy convincente en cuanto a buena gestión en su plenitud. Tienen en común que son del pasado. La pregunta que queda flotando es: ¿Hay efectivamente garantía de que el eslogán de Peña se cumpla? atendiendo a que varias de estas figuras ya tuvieron cuestionadas gestiones.