Asunción con desfile

Guairá es sinónimo de inestabilidad política. Lo es desde hace 10 años. En los últimos dos periodos no hubo un solo gobernador que esté los cinco años ininterrumpidos. Ya se normalizó que actores y facciones del Partido Colorado se traicionen y se disputen el control del gobierno departamental con maniobras y abusos judiciales. En la última década, los aliados colorados se convirtieron en enemigos y la ciudadanía, harta, espera que esta continua historia de ansias de poder, historia que tiende a repetirse, llegue a su fin el 15 de agosto. Bueno… en realidad, el 18 de agosto.

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Como buenos gua’i que somos, si bien el martes, Día de la Asunción, asumen los gobernadores en todo el país; en Villarrica, el acto protocolar de asunción y traspaso de mando de la Gobernación será en otra fecha: en la tarde del viernes. Y habrá algo que nunca hubo: un desfile policial.

Y tal vez puede parecer muy pomposo, al menos para el Interior, como también puede verse como una muestra de poder del futuro gobernador: el empresario y político colorado outsider César Luis Sosa Fariña (33), conocido en la Comarca Guaireña como Cesarito, para diferenciarlo de su padre homónimo. Proveniente de una familia dueña del conglomerado empresarial más grande e importante del Guairá, derrotó, contra todo pronóstico, a los veteranos caudillos gua’i de la ANR.

Primero al conseguir la chapa del cartismo y, luego, al imponerse en las internas. Después, las elecciones generales fueron un mero trámite, porque el PLRA ni ninguna alianza nunca hizo siquiera flaquear el dominio colorado en el Guairá. Sus mayores enemigos no están fuera de su propio partido.

Siendo el gobernador más joven de este periodo y el segundo más votado (proporcionalmente), Cesarito asume con el compromiso de devolver la estabilidad a Guairá y a mantener algo que sus antecesores no pudieron: conservar las buenas relaciones con el Gobierno Central.

Y llega entre pompas y un desfile. Todo es fiesta y algarabía en su entorno, cual carnaval guaireño. Pero no será así siempre. Sí, hoy, todos sus exadversarios ocasionales, que le hicieron sangrar en los virulentos comicios partidarios, se muestran y sonríen con él como aliados y hasta le rinden pleitesía.

Pero siempre es así. Si Cesarito no logra mantener la fidelidad y las buenas relaciones con sus bases y los caudillos de la ANR, volverá a repetirse en Guairá la historia de dos, tres y hasta cuatro gobernadores simultáneos.

carlos.avalos@abc.com.py

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