Con las primeras precipitaciones que se están registrando en el departamento, de nuevo aparece el eterno problema de la precariedad de los caminos de tierra, esto porque no se hicieron trabajos serios para reparar los tramos viales de la zona durante la sequía que afectó a la región. En contrapartida, hay mucha alegría entre los pobladores por la llegada de las benditas lluvias.
Las pésimas condiciones en que se encuentran los caminos de tierra de este departamento chaqueño no impidieron a los fieles católicos participar de las actividades religiosas de la Semana Santa, en las diferentes parroquias del Vicariato Apostólico del Chaco. La lluvia registrada hasta la noche del jueves hizo mermar en algo la presencia de los feligreses en las iglesias, pero aun así hubo vía crucis animado por los jóvenes y las ceremonias propias del Viernes Santo y Vigilia Pascual.
Los habitantes de Puerto Guaraní, comunidad perteneciente a Fuerte Olimpo, se encuentran semi aisladas y piden la reparación del único camino de tierra de 30 kilómetros que la une con el microcentro de la capital departamental. La vía está en desastrosas condiciones. Otros pobladores del Alto Paraguay también sufren los efectos de las continuas lluvias.
Debido a la falta de reparación de los caminos que conducen a poblaciones del Alto Paraguay, los camiones que transportan mercaderías no pueden hacer llegar sus cargas a las comunidades, lo que podría generar desabastecimiento de varias localidades. Desde el MOPC alegan falta de combustible para iniciar estos trabajos. En tanto, la asociación de caminos -a pesar de percibir importe de peaje- tampoco realiza estas necesarias reparaciones.
Las últimas precipitaciones que se registraron en este departamento chaqueño, dejaron bastante dañados los caminos de tierra, que necesitan reparación con urgencia. Desde el MOPC alegan que están a la espera de recibir combustibles, para iniciar los trabajos.
Personales del MOPC, en coordinación con la Asociación de Caminos, realizaron los trabajos, en busca de rehabilitar el camino de la línea 2, que conduce a poblaciones del distrito de Bahía Negra en el Alto Paraguay. Debido a la premura de la situación, y en busca de evitar el aislamiento de estos pobladores, los obreros inclusive trabajaron en horas de la madrugada. Los trabajos son precarios y consisten en los famosos encajonados, que significa formar pequeños muros de tierras a los costados del camino a fin de evitar que ingresen las aguas de las cunetas. Así se logró permitir la circulación de todo tipo de vehículos, dando la posibilidad de que las personas puedan pasar las fiestas en compañía de sus seres queridos.