¿Nuevo acuerdo tarifario se agazapa detrás de las últimas designaciones?

¿Efecto espejo en el Consejo de Administración de Itaipú? Si por esta “ley” o “teoría” debemos entender que nuestras acciones son el simple reflejo de las acciones de otros, el miércoles último señalábamos que el espejo que acaba de utilizar el primer mandatario de la República, Santiago Peña, para designar a los integrantes paraguayos del alto colegiado administrativo de la entidad binacional, tenía inadvertido un ángulo roto.

El último punto tiene un par de parágrafos, el 1°, que el Consejo examinará la Memoria, el Balance, etc. y los presentará a la ANDE y a Eletrobras.
El último punto tiene un par de parágrafos, el 1°, que el Consejo examinará la Memoria, el Balance, etc. y los presentará a la ANDE y a Eletrobras.GENTILEZA

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¿Cuál es el ángulo roto del espejo itaipuano en este caso? Si atendemos la justificación presidencial de las designaciones en cuestión, una pregunta, inevitablemente, cae por su propio peso. ¿Por qué razón el Sr. Peña soslayó al Ministerio de Obras Públicas, que tiene como una de sus dependencias nada menos que al Viceministerio de Minas y Energía?

Reiteremos que, inclusive desde los tiempos de Jair Bolsonaro en la presidencia de la República Federativa del Brasil, el ministro de Minas y Energía se sienta en uno de los sillones de la bancada brasileña del organismo al que el Tratado ubica en el vértice de la pirámide administrativa de la entidad binacional.

No obstante, ciertos elogiadores profesionales del flamante jefe de Estado (la reciente decisión de la Cámara Baja del Legislativo sobre el punto probó que son muchos), en el caso brasileño se trata de un ministro, mientras que en el caso paraguayo, apenas un viceministro.

¿Revisar el Tratado o negociar un nuevo acuerdo tarifario?

La segunda incógnita de este paquete de decisiones de la Presidencia de la República se relaciona con la misión que asignan a los nuevos consejeros, cuyos alcances o intenciones reales son potenciadas con declaraciones en clave nacionalista y hasta reivindicatorias de los menoscabados derechos paraguayos en los 38 años de distribución de los beneficios de la gran central.

La cobertura declarativa de la misión del nuevo consejo de Itaipú se detecta inclusive en las justificaciones del Presidente. La prensa oficialista atribuía al Sr. Peña las siguientes declaraciones, que con sus designaciones busca garantizar la transparencia en la negociación y la defensa de los intereses nacionales, además de ratificar a todos los paraguayos que Itaipú y su futuro se peleará desde los cargos de más alto rango en el Poder Ejecutivo.

La jefa de gabinete de la Presidencia de la República, Lea Giménez, a su turno, según la misma publicación, ante la requisitoria periodística, explicaba que el gobierno de Santiago Peña peleará por los derechos del Paraguay en la futura renegociación con el Brasil, referente al Anexo C del Tratado de Itaipú (las negritas son nuestras).

Añadía que el equipo técnico-político (la nueva conformación de la bancada paraguaya en el consejo de Itaipú) “no irá a ciegas en la revisión debido a que ya impulsó varias mesas técnicas para definir las mejores estrategias.

El material informativo transcribe otras declaraciones de la actual jefe del gabinete presidencial en el siguiente párrafo: “Su decisión –la del Presidente– refleja la visión de su gobierno de que cuando decimos que Itaipú es una prioridad nacional, esto tiene que ir más allá del mero discurso y tenemos que traducirlo en acciones concretas; en ese sentido, el Presidente define que el Paraguay no puede enfrentar el desafío de la renegociación y las discusiones estratégicas y trascendentales para el presente y el futuro del país en una situación de inferioridad frente a Brasil, que es un gigante, y es un país amigo donde debemos buscar definiciones que sen convenientes para ambos países (las negritas son nuestras)”.

“Vamos a pelear por los derechos del Paraguay con igual dignidad y vigor frente a un país grande como Brasil. Ante la decisión que tomó el presidente Lula a comienzos de ese año de colocar a sus ministros y personas cercanas a su gobierno en el Consejo de Itaipú es que el presidente Santiago Peña tuvo esa visión de jugar este partido con sus mejores jugadores, esto es un espejo de lo que realizó Brasil”.

Por su parte, el nuevo ministro de Industria y Comercio, Javier García de Zúñiga, también en conversación con los periodistas, resumía la explicación de su nombramiento con la siguiente comparación futbolística: “Voy a jugar el partido de mi vida”.

¿Una simple confusión?

La cuerda que engarza todas estas cuentas es sin dudas la siguiente: con la “teoría” del efecto espejo reforzaremos nuestra bancada en el Consejo de Itaipú para jugarle al seleccionado de estrellas del Brasil un partido más prometedor para los intereses paraguayos (la jerga futbolística tiene sin dudas un elevado poder de contagio).

Sin embargo, ignoramos si se trata de una simple confusión, una entendible bisoñada o si detrás de esta entusiasmante logorrea se ocultan otras intenciones, la verdadera estrategia paraguaya ante el desafío 2023.

El 1 de julio último, en ocasión de la pretendida rendición de cuentas del exmandatario Mario Abdo Benítez, apuntaba ciertos informes, por cierto llamativos, por ejemplo “el reciente acuerdo tarifario de Itaipú permite contar con recursos adicionales como nunca antes por un monto de 409 millones de dólares, 1% del PIB. Con este precedente se sentaron las bases para que el Estado paraguayo cuente con otros ingresos para llevar adelante grandes inversiones”.

... Y lo principal “Si se sostiene el acuerdo tarifario, el próximo gobierno tendrá más de 2.000 millones de dólares en los próximos 5 años”.

Recordemos que el presupuesto de Itaipú, con todos sus componentes y, por ende, el costo del servicio de electricidad de Itaipú, se aprueba en el ámbito de altos organismos de administración de Itaipú, primero en el Directorio Ejecutivo y, finalmente, en el Consejo de Administración.

El último producto de esa negociación, al que Abdo llamó “Acuerdo Tarifario”, la concretaron el 17 de abril de este año, al imponer a los usuarios del producto de la binacional una tarifa de US$ 16,71 por KW/mes. Los US$ 409 millones a los que se refirió el exmandatario son una consecuencia del sobrecosto que acordó su gobierno con el de Brasil, que también habrá recibido una cantidad similar para financiar sus gastos sociales.

Las otras atribuciones están claramente establecidas en el Anexo A o estatuto de la entidad binacional (Art. 9°). Una lectura, inclusive superficial, permitirá concluir que la revisión del Anexo C, o de los otros anexos o del mismo tratado, que también es necesario, están fuera de la competencia del Consejo de Administración (vea la copia facsimilar).

Entonces, ¿qué busca el nuevo gobierno con esta medida?, si nos atenemos a la competencia del máximo organismo administrativo de Itaipú: podríamos concluir que la prioridad es el acuerdo tarifario para el 2024, que exigirá la sustitución de la carga de la deuda de Itaipú, cancelada el 28 de febrero de este año según la información oficial, por la de nuevos componentes, para financiar las obras pendientes en Itaipú, como las esclusas de navegación, y gastos sociales en ambos países.

La revisión, por ende, la enmienda de los puntos cuestionados del Tratado, incluyendo sus anexos, es atribución de las Altas Partes Contratantes, las que integrarán sus equipos con ministros, especialistas, consejeros, etc, pero en ese nivel, no en el del Consejo.

Bisoñada

Ignoramos, sin embargo, si se trata de una simple confusión, una entendible bisoñada, o si detrás se ocultan otras intenciones, la nueva estrategia...

Fuera

Una lectura superficial permitirá concluir que la revisión del Anexo C, o del mismo Tratado, está fuera de la competencia del Consejo.

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