Indicios de que habrá problemas muy pronto

Todo se está adelantando demasiado en el escenario político, pese a faltar casi 20 días para que asuma el nuevo presidente, Santiago Peña.

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Ya hay señales de crisis por venir y de conflictos y problemas que no se sabe cómo se resolverán, si es que se resuelven.

Sin que se haya instalado el nuevo gabinete de ministros, uno de ellos, el de Salud Pública, nada menos, ya fue echado por expresiones que fueron consideradas “poco humanitarias”.

Políticos que cargan con acusaciones y antecedentes negativos fueron nombrados en cargos clave: Enrique Riera, ministro del Interior; Tadeo Rojas, en Desarrollo Social; Angel Barchini, en Justicia, y Justo Zacarías Irún como director general de Itaipú son algunos de los más visibles.

La mayoría (casi todas), las fichas que se están colocando en el poder parecen ser de Horacio Cartes, presidente del Partido Colorado, y no de Santiago Peña, presidente de la República.

Los ministros designados aparecieron en los videos de presentación con el futuro mandatario. Algunos, como Juan Carlos Baruja, designado ministro de Urbanismo y Vivienda, y el ministro en funciones Carlos Pereira aparecieron en fotos y videos con Cartes en actos seudooficiales anunciando una futura fábrica que se instalará en un barrio. La imagen que se transmitió es que será una obra de Horacio Cartes, aunque él no tenga ningún cargo público en el próximo gobierno.

También el exmandatario organiza reuniones en la Junta de Gobierno de la ANR con intendentes y concejales colorados, a los que se les dan cursos sobre cómo elaborar su presupuesto.

Las actividades que despliega Cartes parecen, inevitablemente, un desafío al gobierno de Estados Unidos, que lo calificó de “significativamente corrupto”. Lejos de adoptar una actitud prudente y de bajo perfil, el presidente del Partido Colorado parece decidido a tener un protagonismo audaz en los próximos meses.

La cuestión es que la molestia o la reacción que pueda tener el Gobierno norteamericano, que fue calificado recientemente por Santiago Peña como un aliado estratégico, tendrá repercusiones negativas para la nueva administración. La duda es si eso es algo que evaluaron en el equipo cartista o si sus actos fueron simples bravuconadas.

Aquello que se decía durante la campaña y luego de que se decidieran las elecciones, sobre un posible choque entre intereses del gobierno de Peña y los del grupo Cartes, tiende a cumplirse demasiado puntualmente.

La impresión es que una crisis política, sea de raíz económica, social, seguridad, salud, educación o todas ellas mezcladas puede poner pronto en jaque y contra las cuerdas al gobierno.

En cuanto a opciones políticas en el escenario actual que puedan aglutinar el descontento con propuestas alternativas, el panorama tampoco es halagüeño. Los partidos de oposición están muy golpeados por la derrota electoral, con crisis profundas, como el PLRA y muy disminuidos, tanto los de izquierda como los de derecha no colorados.

Para dejar poco margen al optimismo, se suma a todo esto la profunda decadencia que se nota en cuanto a la composición del Congreso, donde personajes de cuarta categoría moral e intelectual ejercen una representación que no promete nada bueno.

Es tiempo de cruzar los dedos, ensayar cábalas o encomendarse a todos los ángeles, arcángeles, querubines y serafines.

mcaceres@abc.com.py

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