El Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE) –integrado por Jaime Bestard (ANR, HC), Jorge Bogarín González (independiente) y César Rossel (PLRA)– resolvió ayer adjudicar la licitación de arriendo de 18.000 máquinas de votación al consorcio argentino Comitia-MSA para las próximas elecciones municipales 2026 a un costo de US$ 35 millones para el erario.
Con respecto a esto, el director de procesos electorales del TSJE, Carlos María Lubetich, sentenció que las votaciones se van a realizar con las máquinas, ya que eso dice la ley y esa ley no se cambió.
“Se van a alquilar las máquinas nuevamente, como las veces anteriores, y es, prácticamente, la misma máquina con algunas mejoras sustanciales que también se hicieron en el sistema de control, porque es falso que se haya renunciado a los controles”.
El director de Procesos Electorales del TSJE comentó que no conoce otra empresa que no sea MSA, que se dedique a alquilar máquinas de votación. “Nunca va a ser negocio para una empresa construirte 20.000 máquinas, porque nosotros 18 mil le pagamos, pero ellos tienen que tener mínimo 19.000 funcionando”.
Lea más: MSA, de ser “descalificada” pasó a “única oferente” del TSJE
“Nosotros tuvimos en cuenta todas las certificaciones que habíamos exigido en el proceso de compra, pero le agregamos otras, de tal manera que todas puedan participar. Entonces, toda empresa que tenga esta u otra certificación, para nosotros iba a ser más que suficiente”, comentó el director de financiamiento político, Cristian Ruíz Díaz.
Luego aclaró la situación, indicando que en el proceso de compra tuvieron tres participantes hasta lo último, no así en el proceso de alquiler, que fue una sola en este caso.
Ante la consulta sobre las pruebas técnicas que se le realziaron a las máquinas antes de que sean aceptadas, Ruíz Díaz sostuvo: “Nosotros tres formamos parte del equipo que hizo las pruebas técnicas. Entonces, conocemos perfectamente lo que pasó ese día. Todo lo que hicimos, todo lo que vimos”.
Nos se pueden adulterar los datos
Con respecto a si estas máquinas son vulnerables o no, siendo que esta es la mayor preocuación, Dominick Ramírez, vicedirectora de la dirección de informática de la justicia electoral, expresó que lo cuestionado por todos es el tema del chip.
“El chip que tiene estos boletines, tienen solamente dos estados, por norma, y eso viene todo en una planilla de datos garantizados que trae la empresa. Ese chip tiene solamente modo lectura o modo escritura. Cuando está el boletín en blanco, el chip está esperando información”.
Luego detalló las situaciones que se pueden presentar. “El día de la votación, cuando el elector pasa e introduce el boletín con datos en la máquina, puede pasar dos cosas. Si él no puede borrar toda la información que hay en el chip, el software de la máquina de votación borra toda la información y graba el voto encriptado”.
Lea más: TSJE niega que se hayan relajado exigencias de seguridad para alquiler de máquinas de votación
En este caso imprime el mismo boletín con una leyenda que dice boletín inválido, solicite otro boletín a su miembro de mesa y proceda a votar de nuevo.
“Cuando se graba el voto, esa información que va adentro del una llave que tiene el software y tiene la credencial de los miembros de mesa. Esa información va con el voto encriptado, y luego la máquina sólo puede leer lo que él produjo”.
“Si yo metí de contrabando boletines en la bolsa con datos o votos que creen que es válido, al momento de hacer el escrutinio no va a leer. Va a rechazar el sistema. ¿Se puede adulterar el dato del chip una vez que se emitió el voto correctamente por la máquina? No se puede".
Pra finalizar, dejó en claro que todo lo explicado se van a hacer en las pruebas de auditoría con los técnicos de los partidos políticos. “Acá lo más importante va a ser el acompañamiento de los representantes técnicos de los partidos políticos”.